Luis Salom celebrando una victoria en el Gran Premio de Malasia.

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Los 3 de junio no son un día más desde 2016. Aquella fecha quedó marcada para siempre en la memoria del motociclismo mallorquín, que vivía uno de los momentos más duros de su historia al perder a uno de sus pilotos más queridos y carismáticos. Ese fatídico día, un viernes, Luis Salom (Palma, 1991-2016) perdía la vida al sufrir un accidente en los entrenamientos libres del Gran Premio de Catalunya, en el circuito de Montmeló.

La noticia sacudió a la parrilla del Mundial y causó un enorme impacto entre pilotos y todos los integrantes de la caravana del campeonato. Con 24 años, Luis Salom se había granjeado el respeto y cariño de sus compañeros y rivales. El portador del siempre recordado 39, el ‘Mexicano’, firmó una hoja de servicios brillantes en las temporadas en la que militó entre la élite, una etapa que comprendió entre 2009 y 2016, tomando la salida en 75 Grandes Premios, en los que logró 9 victorias, 25 podios –el último en Catar 2016–, 4 poles y 7 vueltas rápidas. Su pérdida y su enorme carisma provocó una enorme cascada de cariño y homenajes hacia su figura y sus más allegados, especialmente sus padres.

Querido

Luis Salom cuenta con un destacado legado en su memoria. Da nombre a una calle en Palma, posee un pequeño museo en el Velòdrom Illes Balears con sus objetos más preciados dentro de su carrera como piloto, y cuenta con una marcha motorista propia, que este año se unirá a la Vuelta a Mallorca, entre otras muchas iniciativas en tributo a un deportista y una persona que dejó una huella imborrable que, hoy, seis años después de su súbita despedida, continúa muy presente.