Luis Salom celebra una victoria durante su etapa en el Campeonato del Mundo de Moto3.

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Aquella calurosa tarde del viernes 3 de junio de 2016, este jueves hace cinco años, el motociclismo balear perdía a uno de sus grandes iconos. Un incidente en las sesiones de entrenamientos libres del Gran Premi de Catalunya, en el trazado de Montmeló, detenía la sesión de Moto2 súbitamente y las primeras imágenes mostraban a la Kalex número 39. La fatídica curva 12 quedaría para los anales como el punto negro en el que perdía la vida Luis Salom Horrach, a los 24 años y dejando tras de sí una brillante trayectoria en el Campeonato del Mundo, llegando a ser segundo y tercero en la general de Moto3 en 2012 y 2013, además de amontonar 9 victorias y 25 podios en ocho temporadas dentro del ‘paddock’ del Mundial, cuya última parada fue en la estructura del Stop&Go.

El fuerte impacto que recibió Salom resultó fatal al producirse contra su propia moto, tras golpear en las barreras protectoras de una curva cuya pobre escapatoria no ayudó nada a la hora de evitar una tragedia que tiñó de luto al Mundial y causó enorme impacto, de forma especial, entre la sociedad mallorquina. Luis fue atendido de inmediato por las asistencias y trasladado por carretera al Hospital General de Catalunya, donde se hizo todo lo posible por salvar su vida.

Pasadas las cinco y cuarto de la tarde (aunque la hora oficial de su fallecimiento fue las 16:55), se hacía oficial la peor de las noticias. Pese a los intentos por reanimarle, se confirmaba el fallecimiento de Salom. El deporte balear perdía a algo más que un piloto. Porque Luis era, además de un gran motociclista, una persona cercana, implicada con todas las causas y que supo ganarse el cariño de los aficionados y de aquellos que no lo eran. Miles de ellos llenaron días después la Seu en un funeral que reunió a buena parte de la familia del ‘paddock’ y a otras personalidades como el tenista Rafael Nadal, que arroparon a la familia en unos días que, cinco años después, siguen muy presentes en la memoria de la sociedad isleña.

Recuerdo

Las muestras de cariño se expandieron a lo largo de toda Mallorca, y desde otros muchos rincones del país. Palma le puso su nombre a una calle y la Ruta Luis Salom se ha convertido desde entonces en una clásica para los amantes de las marchas. La fuerza de la personalidad del ‘Mexicano’ le hace permanecer presente en la memoria colectiva del motociclismo un lustro después de su traumática pérdida, consecuencia de un accidente tras el que se redactó un controvertido informe por parte de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) que descartó un «fallo mecánico» o «técnico» en la moto.

Para el recuerdo quedan muchos detalles e imágenes. Especialmente, aquel gesto de su madre, María, que se cortó el pelo para que los rizos con los que tantas veces jugueteó Luis le acompañaran para siempre.