Imágenes de la invasión y las agresiones que se produjeron en el derbi de Melbourne en Australia. | Twitter

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El director de Fútbol Australia (FA), James Johnson, aseguró que ha lanzado una investigación sobre la violenta invasión de decenas de seguidores al campo durante un derbi entre los equipos Melbourne Victory y Melbourne City, que dejó varios heridos, entre ellos el portero del último, Tom Glover. «La investigación se dirigirá contra aquellas personas (que invadieron el campo), a las que extirparemos de este deporte», enfatizó hoy Johnson, en declaraciones a los medios de comunicación.

Cerca de 200 seguidores del Victory, según el diario local The Age, irrumpieron el campo del estadio Melbourne Rectangular la noche del sábado tras 22 minutos de partido, cuando el City ganaba por 1-0 al Victory, ambos equipos de primera división en Australia.

El portero del City, Tom Glover, y el árbitro, Alex King, resultaron heridos con cortes en la cabeza por el impacto de un cubo metálico, cuando el referí trataba de proteger al jugador. Un cámara de televisión también sufrió heridas durante la invasión de campo que puso fin al derbi.

«Vamos a actuar rápido y tomaremos las sanciones más duras que tengamos a mano», añadió. «Es algo que interfiere en nuestro juego y realmente trata de arruinarlo para los 2 millones de personas que aman nuestro deporte», aseguró.

Un comunicado del City afirma que Glover, de 24 años, recibió varios puntos de sutura y se sometió a exámenes médicos tras el impacto, añadiendo que podrá volver a entrenar tras finalizar las pruebas.

Por su parte, el Victory subrayó que el club se encuentra «devastado» y «condena inequívocamente» el «comportamiento desolador» de los aficionados el sábado, unas acciones «que no tienen cabida en el fútbol».

El derbi había arrancado en medio de tensiones, después de que la pasada semana se anunciara la venta de los derechos de la gran final de la liga de primera división a Sídney para los próximos tres años, y se esperaban protestas en varios partidos este fin de semana como consecuencia. Aficionados de ambos equipos que disputaban el derbi en Melbourne habían planeado abandonar el campo tras 20 minutos de juego en señal de descontento, si bien la situación se descontroló después de que se lanzaran petardos al campo desde la grada.