El técnico del Real Madrid, Zinedine Zidane, da instrucciones a Marvin. | Efe

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La extraordinaria velocidad y el descaro que le han llevado a convertirse en el sexto mallorquín en debutar en partido oficial con el Real Madrid contrasta con la timidez que resaltan algunas de las personas que han influido en la carrera de Marvin Olawale Akinlabi Park (Palma, 3-7-2000). Tras llegar en 2016 a la casa blanca en su primer año juvenil, el domingo disfrutó en Anoeta de sus primeros 20 minutos en Primera División. Tanto su último técnico en la Isla, Miquel Soler, como uno de los responsables de su llegada a la cantera merengue, Walter Roura, resaltan el potencial de un jugador que hablaba poco en el vestuario pero se expresaba como casi ninguno sobre el césped.

De padre nigeriano y madre coreana, los primeros colores de Marvin fueron los del Atlético Rafal. Su entrenador en el prebenjamín en la 2007-08 fue Toni Visa, que ya intuía el potencial de aquel menudo jugador que no hablaba. «Durante los nueve años que entrené el primero de los dos niños que le dije a mis padres que podía ser futbolista fue Marvin. Más allá de la calidad, por su coordinación y comprensión del juego se le veía algo diferente», recuerda.

Inglaterra

Jugó en el Sporting Ciutat de Palma antes de que el traslado de su familia a Inglaterra le llevara a jugar en el Tranmere Rovers de la localidad de Birkenhead, a 12 minutos de Liverpool. De regreso a la Isla volvió al Sporting Ciutat de Palma y de sus cualidades ya había tomado nota Miquel Soler, que logró convencerle en la época que dirigía al infantil de La Salle.

«Estoy muy contento por él porque se lo ha ganado y porque no es nada fácil llegar», explica Soler, que tras dejar el club colegial se comprometió con la Penaya Arrabal cadete y se llevó con él a Marvin. «Yo ya lo quise cuando era alevín, pero el principal problema que le veía es que era muy tímido», resume. «Casi no hablaba y me hacía dudar sobre cómo le afectaría a la hora de jugar, pero su madre me dijo que cambiaría y la verdad es que el último año se soltó mucho con los compañeros, pegó un estirón y, en definitiva, se hizo mayor», añade.

Virtudes

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Donde mejor se expresaba era en el verde. «Corría más con el balón que los otros sin él y esa velocidad marca mucho las diferencias en el fútbol actual», comenta el ahora técnico del División de Honor juvenil de la Penya. «Tal vez el gol no es su gran virtud, pero sobresalía por su verticalidad, por el desborde y por su generosidad a la hora de asistir», comenta al mismo tiempo que remarca que le gustaba jugar de mediapunta porque «entraba más en juego». «Como chaval es un diez. Es serio, trabajador y su familia se lo merece», dice Soler, que ha estado en contacto con el jugador por WhatsApp. «Lo que más me enorgullece es que te responda los mensajes y te siga teniendo presente», concluye.

En la misma línea se pronuncia Walter Roura, que se convirtió en su representante a su llegada a la Penya Arrabal y junto a Carlos Paniza realizaron las gestiones para que firmara un contrato profesional con el Real Madrid siendo juvenil en 2016. «Hay que sacarle las palabras con un tirabuzón», bromea Roura. «Es un chaval serio, formal y educado. Siempre lo he visto con los mismos amigos y muy centrado. Es un diez pero demasiado callado porque incluso ahora sólo contesta con monosílabos», incide. Eso sí, recuerda el día que le metió cuatro goles cuando se enfrentaron. «Yo entrenaba al San Francisco y jugamos con Es Jonquet de la Penya Arrabal cuando los dos estábamos muy bien clasificados. Nos metieron siete y cuatro los marcó Marvin, al que justo ese día habían venido a verlo del Madrid», recuerda.

Fichaje

«El Mallorca hizo todo lo que pudo por ficharle, pero el Madrid es el Madrid», explica Roura, que remarca el hecho de que en la casa blanca le ofrecían un contrato profesional. «Vinieron tres o cuatro veces a verlo en directo y recuerdo que cerramos el acuerdo en una reunión en Palmanyola», rememora.

A través de otro representante colaborador de Roura se han encargado de que a Marvin le costara lo menos posible la adaptación y estuviera siempre atendido. Tras un primer año más complejo, en el segundo comenzó a mostrarse como uno de los jóvenes valores de la Fábrica. «Ha evolucionado mucho y a su velocidad hay que añadirle ahora su capacidad de sacrificio y las prestaciones que puede dar en otras posiciones», resume Roura, que está feliz por el salto de gigante que ha dado aquel niño que no hablaba.

Más galones en el Castilla

Tras conquistar la Youth League siendo protagonista en la fase final con goles y asistencias, Marvin afrontará su segunda temporada en el Real Madrid Castilla, donde pasará a ser uno de los capitanes. Tiene contrato hasta 2023 y cuenta con la confianza de Raúl González Blanco, con el que la pasada campaña disputó 26 encuentros marcando tres goles. Aunque se ha asentado como extremo, también ha acumulado experiencia como lateral dejando constancia de una versatilidad que puede ayudarle aún más a abrirse paso.

Marvin empezó en el Atlético Rafal -en la imagen de la izquierda aparece el segundo de pie por la derecha.
Su último club en la Isla fue la Penya Arrabal -en la foto del centro en la que es el segundo agachado por la izquierda-.
Con Walter Roura tras firmar su contrato profesional con el Madrid en 2016.