El aficionado de River Plate Exequiel Aarón Neris fue apuñalado tras celebrar la final de la Copa Libertadores. | @clarincom

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Dos hermanos fueron detenidos por el asesinato, tras la final de la Libertadores, de Ezequiel Arón Neris, un hincha de River de 21 años natural de la localidad argentina de Posadas, en la provincia de Misiones, que se encontraba celebrando la victoria de su equipo, informaron fuentes policiales.

El domingo, sobre las 22 horas (01.00 GMT), tras el triunfo de River Plate sobre Boca Juniors en Madrid, el joven se encontraba con un grupo de gente en su barrio, la Chacra 247, cuando presuntamente dos hermanos de 18 y 26 años lo asaltaron, agredieron y le perforaron con un puñal la arteria femoral de su pierna izquierda.

Cuando los agentes de policía llegaron al lugar de los hechos, el joven, que vestía la camiseta de su equipo, ya se había desmayado por la pérdida de sangre y finalmente falleció al mediodía del lunes en el hospital Ramón Madariaga de Posadas.

La madre del joven, Lucía Neris, aseguró en declaraciones a la prensa local que el asesinato de su hijo se debe a cuestiones de fútbol, ya que conoce al padre de los presuntos homicidas y sabe que son aficionados de Boca Juniors.

«Me muero, me muero, me atacaron por festejar el partido, por ser hincha de River», contó Neris a El Diario de Misiones, en referencia a lo que le confesó su hijo antes de morir.

El club de fútbol River Plate se impuso el domingo por 3 a 1 a su máximo rival, Boca Juniors, en la vuelta de la final de la Copa Libertadores celebrada en el estadio Santiago Bernabéu de la capital española.

Por lo sucedido en Misiones, en un primer momento los cuerpos de seguridad detuvieron a dos sospechosos, pero fueron liberados por falta de pruebas y acabaron siendo testigos para la detención de los dos hermanos, que viven a unas pocas manzanas de la víctima.

Después de que los dos sospechosos anteriores los señalaran, la policía allanó la vivienda de los hermanos y dentro de la letrina, entre excrementos, hallaron un puñal oculto.

Según el relato policial, los sospechosos atacaron al joven Ezequiel, al que conocían de vista, molestos por el ruido que estaba causando.

Su madre relató que Ezequiel Arón estaba trabajando en una fábrica y se estaba preparando para presentarse al examen de servicio penitenciario.

Además, criticó que tuvo que ser la policía la que trasladase a su hijo al hospital porque la ambulancia tardó «más de hora y media» en llegar y cree que si hubiera llegado a tiempo, él aún estaría vivo.