Xavi entrega el brazalete de capitán a Cesc Fábregas, cuando el último fichaje del Barça entró en el segundo periodo. | STEFFEN SCHMIDT

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ESPAÑA: Casillas; Sergio Ramos, Raúl Albiol, Javi Martínez, Arbeloa; Busquets, Xabi Alonso, Xavi; Silva, Villa y Negredo.

Cambios: Reina por Casillas, Cesc por Xavi, Cazorla por Silva, Pedro por Villa y Torres por Negredo.

CHILE: Claudio Bravo; Arturo Vidal, Pablo Contreras, Jara; Mauricio Isla, Medel, Carmona, Beausejour, Jorge Valdivia; Alexis Sánchez y Eduardo Vargas.

Cambios: Meneses por Isla, Estrada por Medel, Gutiérrez por Beausejour, Orellana por Valdivia y Seymor por Vargas.

Àrbitro: Jerome Laperriere (SUI). Amonestó a Silva (26) por España y a Alexis (70) y Vidal (73) por Chile. Expulsó por roja directa a Conteras en el minuto 82 y a Valdivia en el minuto 90 cuando ya estaba en el banquillo.

Goles:

0-1, minuto 10, Isla.

0-2, minuto 20, Vargas.

1-2, minuto 55, Iniesta.

2-2, minuto 70, Cesc.

3-2, minuto 90, Cesc.

La selección española mostró dos caras para superar ayer noche a Chile, víctima de graves desajustes defensivos que costaron dos goles en el primer acto que remontaron rescatando su verdadera identidad gracias a Andrés Iniesta y un doblete de Cesc Fábregas (3-2). Son amistosos pero hay aspectos que preocupan en la selección española que vive su peor momento defensivo desde que Vicente Del Bosque se hizo cargo. Víctima de graves fallos se alejó de su nivel ante una selección chilena que rozó la perfección mientras le duró el físico y acabó rendida a un vendaval de fútbol.

Gerard Piqué y Carles Puyol no tienen sustitutos. El nivel baja sin ellos. Al problema del lateral izquierdo se suma uno inesperado para Del Bosque. Arbeloa sufre en el costado izquierdo y el seleccionador no llama a ningún zurdo. Javi Martínez es un parche, una solución de urgencia, no un central de garantías.

Chile salió a morder. A aumentar su prestigio con un triunfo del que presumir ante los campeones del mundo. Los jugadores que les frenaron en el Mundial de Sudáfrica. Anulada la fuente del fútbol español -la conexión Busquets, Xabi Alonso, Xavi-, la velocidad y los movimientos al espacio hicieron el resto. Una defensa que nunca había jugado junta estuvo perdida. En la segunda parte todo cambió y los movimientos y lo goles de Iniesta y Cesc obraron el milagro.