El tenista español, Rafa Nadal, saluda momentos antes de comenzar el partido entre el RCD Mallorca y el CA Osasuna. | Efe

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Fue una tarde de sentimientos enfrentados. Del homenaje al campeón al minuto de silencio en memoria de la madre de Llorenç Serra Ferrer. Del calor ambiental que registró el estreno ante el Real Madrid, con un lleno histórico, se pasó a un ambiente desangelado, excesivamente frío y con apenas 13.000 espectadores en las gradas.

El momento más emotivo llegó con el reconocimiento a Rafael Nadal. Accionista del Real Mallorca desde el pasado verano, el ganador del Grand Slam recibió el homenaje de un Son Moix entregado a la figura del manacorí, que realizó el saque de honor mientras la grada le tributaba una gran ovación.

Unos metros más allá, en el banquillo, su tío Miquel Angel miraba al cielo en memoria de Antònia Ferrer Crespí, madre de Llorenç Serra Ferrer, que lógicamente no acudió al estadio y al que los jugadores le dedicaron la primera victoria de la temporada.

En el palco presidencial, Rafael y su tío y entrenador Toni Nadal presenciaron la sufrida victoria del Mallorca. «Ha sido un partido difícil, pero ahora ya sumamos 4 puntos, después de tres jornadas, y hay que seguir así», apuntó el tenista, que el pasado lunes conquistó el US Open.