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EFE- BARCELONA El portavoz del gobierno catalán, Artur Mas, negó ayer las acusaciones del dimisionario presidente del FC Barcelona, José Luis Núñez, de que ha sido objeto de una «cacería política» y no ha recibido el apoyo de la Generalitat, mientras que todos los partidos han apostado por no politizar las elecciones del club azulgrana. En las únicas declaraciones públicas que ha hecho después de anunciar su renuncia al cargo de presidente, tras 22 años de mandato, Núñez denunció en la Cadena Cope que «la Generalitat, que tiene Catalunya Radio, Avui y TV3, no habían colaborado» con el club. «Me siento maltratado por la Generalitat, pero lo acepto. Esta es una sociedad falsa, pero yo soy un hombre de amor propio y mi ilusión ha sido hacer del Barcelona un gran club. Necesito un reconocimiento, pero veo que es imposible», dijo Núñez para argumentar su decisión de dimitir, una semana después de que el club quedara eliminado de la Liga de Campeones. Artur Mas respondió ayer a Núñez que el ejecutivo catalán se siente «dolido» por estas declaraciones, y ha querido dejar claro que el gobierno de la Generalitat «no es el culpable» de la situación por la que atraviesa el club azulgrana. «Como gobierno de Cataluña respetamos mucho al Barcelona», dijo Mas, quien ha subrayado que las acusaciones de Núñez «están muy lejos» de la realidad. En este sentido, ha señalado que «lo que pasa en el Barsa no es culpa de la Generalitat, ni de TV3 ni de Catalunya Radio, ya que, de la misma manera que cuando se han producido éxitos deportivos éstos no eran mérito de la Generalitat, ahora que las cosas no van bien, tampoco es culpa nuestra». En la misma línea se ha expresado el actual conseller de Cultura y ex director general de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (ente público que aglutina a TV3 y Catalunya Radio), Jordi Vilajoana, quien aseguró a que el gobierno catalán «nunca» ha interferido en la gestión del club.

La renuncia de Núñez también ha abierto un debate entre todos los partidos catalanes, que han reclamado sin excepción que el relevo en la presidencia del Barsa no esté «politizado». De esta forma, el líder del PSC, Pasqual Maragall, ha dicho que «se debe dejar tranquilos a los clubes de fútbol, igual que a los medios de comunicación y a los bancos», al tiempo que ha asegurado que CiU no ha intentado «intervenir» en el club desde la llegada de la democracia. Por su parte, el presidente del PP catalán, Alberto Fernández Díaz, ha señalado que «sería bueno que el Barcelona, como una gran entidad cívica y representativa de Cataluña, quedara al margen de cualquier controversia política, porque esto es un grave error».