Ronnie Harrel intenta penetrar ante la defensa de un rival. | Emilio Queirolo

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El Palmer Alma Mediterránea Palma extiende su buen momento de juego y resultados tras endosar al potente HLA Alicante su segunda derrota del curso en un partido en el que los de Pau Tomàs y Álex Pérez se divirteron y engancharon un poco más a sus incondicionales. Desde la defensa, sacando del partido a su rival y aplicándose como equipo ante la sensible baja de Karamo Jawara, los de Son Moix encadenaron su quinto triunfo consecutivo (80-69), se instalan en la cuarta plaza (6-5, con un partido todavía pendiente) y dan un paso de gigante para asegurar la salvación y disputar la segunda fase con los mejores de la LEB Oro.

Liderados por un excelso Jacobo Díaz (18 puntos, 5 rebotes y 2 recuperaciones) y bajo la batuta de un indispensable Pol Figueras, pero por encima de todo ejerciendo como un equipo en mayúsculas, el Palmer Alma Mediterránea Palma supo doblegar a un HLA Alicante que aterrizaba en Son Moix con una única derrota en su haber y el mejor balance del grupo.

Eso sí, no fue fácil. Tampoco parar a un Pitts que metió a los de Pedro Rivero en el partido cuando todo parecía perdido para los visitantes. De inicio marcó su terreno el cuadro de Son Moix, serio en defensa y situando a Suskavcevic como referente en la pintura Y cumplió (10 rebotes, 7 puntos y asistencia). La intensidad atrás del Palmer Palma neutralizaba al líder del HLA Alicante, el base mallorquín Pedro Llompart, y cargaba demasiado pronto de faltas personales a Zohore y Urtasun. Un férreo arbitraje pasó factura a los visitantes y la antideportiva señalada a un Urtasun desconocido evidenciaba el cortocircuito de un equipo que no supo frenar a Jacobo Díaz y Harrell, que junto a Kullamae abrieron una brecha de diez puntos rebasado el ecuador del primer cuarto (16-6). Galán daba aire al Alicante con un dos más uno y un triple providenciales para cerrar el parcial inicial sin perder de vista a un Palmer Palma que marcaba el ritmo de un partido eléctrico (20-16).

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Los problemas se le amontonaban al Alicante con la tercera falta de Zohore, pero Rivero activó la maquinaria defensiva de su equipo para estrechar las diferencias de la mano de Urtasun (25-25). Pero emergió la figura de Pol Figueras (30 minutos en pista), impecable en la dirección, para poner una marcha más. Un triple suyo cerró un minuto mágico en el que un parcial de 8-0 permitió al Palmer despegarse en el electrónico (33-25). Con esa máxima renta de ocho puntos logró irse al descanso el cinco balear (37-29), aunque al partido le quedaba todavía mucha historia.

Harrell salió inspirado para firmar un 5-0 de arranque que dejó aturdido a un Alicante que, de repente, se vio trece abajo (42-29). Hasta que Pitts decidió que era su momento, para anotar 15 de los 19 puntos de su equipo en el tercer cuarto. Pero el temple y la buena mano de Jacobo Díaz, el trabajo de McDonnell y el descaro de Kullamae permitieron incluso elevar la ventaja a su tope durante el encuentro (53-39, +14), aunque el acierto extremo de Pitts, el único jugador que daba señales de vida en el Alicante, les permitió llegar vivos al cuarto final (57-48).

Alejandro Rivas detuvo provisionalmente la hemorragia en un inicio fulgurante del Alicante, al que se le acababa el tiempo. Pitts seguía a lo suyo y un triple imposible de Martínez encarrilaba un 0-9 que sembró la duda (65-62, min. 37). A Pol Figueras no le tembló la mano para encestar otro triple vital y tres tiros libres (72-64) que abrián una brecha imposible para el Alicante, al que apuntillaron Suskavcevic y Kullamae.