Joan Tomàs, Guillem Boscana y Xavi Sastre, ayer, en el brindis navideño realizado en el hotel Iberostar Playa de Palma. | Fernando Fernández

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El partido del morbo vuelve a cruzar los destinos de Oviedo e Iberostar Palma. El fortín de Pumarín (20:45 horas) revive este viernes el duelo que el pasado curso abrió el ‘Caso Sans', un partido casi de urgencias para los de Xavi Sastre, que precisan de un triunfo en una cancha en la que Araberri, Prat y Cáceres han ganado esta temporada. Eso sí, el equipo de Carles Marco comparece en el duelo exhibiendo una dinámica opuesta a la de los isleños, con dos victorias (Manresa y Barça) que les han situado en la zona alta de la tabla.

Todo lo contrario que un Iberostar lastrado por los reveses ante Sammic y Coruña que les sitúan a apenas un partido de las plazas de descenso. El aliciente del pasado curso, pero por encima de todo las motivaciones deportivas multiplican el valor de la victoria en Pumarín, «una de las canchas con más ambiente y difíciles de la liga», en palabras del técnico verdinegro, Xavi Sastre, que tiene la única duda del base Sergi Costa. Unas anginas ponen en peligro el concurso del director de juego catalán, que esperará al día de hoy para saber si viajará con el resto de la expedición a primera hora de la tarde, en un vuelo directo hacia la capital administrativa de Asturias.

Arteaga
Los centímetros del inconbustible Oliver Arteaga son la principal carta de presentación del Oviedo, en el que la mano de Belemene y Víctor Pérez marcan las diferencias, sin dejar de lado la aportación en la pintura de Barro y Maynard.

«Es un equipo poderoso, físico, con experiencia y un jugador que marca las diferencias: Arteaga», explicaba ayer Xavi Sastre. «Sabemos de sus pequeños defectos y hemos preparado bien el partido. Ahora, tenemos que plasmarlo en la pista», añadía el preparador, que no esconde que el Iberostar Palma está ante «un partido complicado», admitiendo que, pese a los 97 puntos recibidos ante el Coruña, «hemos mejorado en defensa».
Del año pasado, prefiere pasar página y esperar «que no hagan caso. Tiene una afición que, tanto si ganan, como si pierden, siempre están ahí».
Por su parte, Joan Tomàs espera a un Oviedo «agresivo» en una cancha «muy difícil». El alero llucmajorer pide margen de confianza para el equipo «porque queda un año por delante. Es verdad que teníamos otras expectativas, pero queda toda una segunda vuelta», añadió.