Pau Giménez posa con un balón de competición en el Passeig Mallorca. | Joan Torres

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Es todo un clásico del baloncesto y, con 44 años, 7 meses y 18 días, mantiene intacta la ilusión por el deporte de la canasta de aquel joven que se inició en la pista del Ramón Llull hace más de tres décadas. Pau Giménez Servera (San Rafael, Argentina, 3 de julio de 1969) dejó tiempo atrás aparcado al ‘Pibe’ que se dio a conocer en la isla y en toda la esfera nacional. Un dilatado historial con más de veinte años en primera línea adorna la trayectoria de un deportista modelo, que ha hecho de la disciplina, el trabajo y su amor por el baloncesto argumentos para resistir en las competiciones FEB. El dorsal 44 del Opentach Pla inició una nueva -y breve- temporada en la Liga EBA, y avisa de que tiene intenciones de seguir. «El año que viene pediré llevar el número 45», comenta firme Giménez, que se ha convertido en el jugador en activo más longevo en todas las categorías nacionales, desde la Liga Endesa hasta la EBA.


Hasta hace unas semanas, lo era el mítico Darryl Middleton (47 años), que jugó un partido con el Servigroup Benidorm el 2 de noviembre de 2013 y, pese a tener licencia activa con un equipo que será rival del Opentach Pla y el Giwine Andratx, no ha vuelto a vestir la elástica del conjunto alicantino desde entonces.
Eso deja a Pau Giménez como el más veterano de todo el baloncesto ACB-FEB. Y en plena forma, pues en su última aparición en pista, Toni Martorell -preparador del Pla- le dio 35 minutos, en los que anotó 12 puntos, capturó 6 rebotes y ofreció 5 asistencias.

Compañero en el Opentach de otro ilustre veterano como Berto Alzamora (en marzo cumplirá 40 años), compagina el deporte con su trabajo como quiromasajista «lo que me permite poder administrar mi tiempo y recuperar mejor». El secreto del éxito es sencillo para Giménez, que lo resume «en tener una buena calidad de vida. Por lo demás, voy al gimnasio, como el resto, y entreno como uno más. Cuidarse mucho y tener ilusión por jugar a baloncesto, nada más...», explica Pau, quien se fija un tope, si las lesiones le respetan «hasta los 50 años... pero queda, ¿eh?».

Herencia

Además de su amplia trayectoria, Pau Giménez deja como herencia el amor al baloncesto que sienten sus hijos, Andreu (18 años) e Inés (11). De hecho, con su primogénito llegó a coincidir en pista, como rival, en el partido de Autonómica entre Molinar (donde jugó hasta final de 2013) y Sant Josep, el pasado mes de diciembre. «Y nos ganaron con dos canastas de Andreu», recuerda el interior, quien cumplió «el sueño de poder jugar con o contra mi hijo. Es algo para toda la vida», dijo.

Para el jugador del Opentach Pla no hay límites en el calendario. «Dentro de tres meses acabará la temporada, y no me veo retirándome. Tengo, al menos, para un año más», comentaba Pau, quien recuerda que «con 38 años, dije que me iría al año siguiente. Luego, que lo haría a los 40... más tarde a los 45. Estoy demostrando que no tengo palabra (risas». El mote de ‘Pibe’ explica Giménez que es «más de la gente de mi generación», aunque lo recuerda «con cariño», pese a que, desde los dos años, vive en Mallorca.

En las filas del Opentach Pla, donde dobla la edad a algunos de sus compañeros, tiene el reto de luchar «por el ascenso a LEB Plata. Tenemos experiencia para asumir un reto complicado y lo vamos a intentar, claro».
Las lesiones suponen el peor recuerdo de su carrera, de la que se queda «con la gente que he conocido y los buenos momentos que he vivido», concluyó Pau.