Rudy Fernández, durante un momento de la entrevista que concedió a este diario. | S. Amengual

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Mallorca suele ser el escenario en el que Rudy Fernández (Palma, 1985) desconecta, vuelve a sus orígenes e intenta vivir al margen de todo lo que es capaz de mover. Tras un año complejo, en el que las lesiones y la falta de minutos le han lastrado, su futuro en Portland se llena de interrogantes. Los Blazers tienen la última palabra, aunque un traspaso o el regreso a Europa -Barcelona y Real Madrid son sus dos grandes pretendientes- están sobre la mesa. Rudy no descarta nada, pero en caso de continuar en Oregón, no está dispuesto a tener un papel secundario. Entre tanto, su Campus le ayuda a compatibilizar su pasión, el baloncesto, con sus vacaciones.

-¿Le ayuda el Campus que lleva su nombre a abstraerse un poco de todo lo que le rodea?
-Ya llevamos unos cuantos años y creo que hemos logrado que se consolide. Este año va a ser diferente, pues mi hermana (Marta) será la directora y le va a dar un toque especial. Me gusta y me ayuda a disfrutar de mis vacaciones, porque el primero que se lo pasa bien con los niños soy yo, pues de pequeños, participábamos en ellos.

-¿Qué balance se puede realizar tras una temporada larga, difícil y movida?
-Ha sido una campaña irregular, por las lesiones y la falta de confianza. Quiero pasar página y sacar conclusiones positivas, pues me ha ayudado a madurar. Esperaba un año diferente, con un rol más importante en el equipo. Mi lesión, la operación... Ha sido difícil, me costará olvidarlo, pero para el próximo, quiero dar un paso al frente.

-Pese a lo que se habla, ¿siguen siendo los Blazers su primera opción?
-No tengo ni voz ni voto. Soy jugador de Portland y tengo dos años más de contrato. Si Kevin (Pritchard) y Nate (McMillan) dicen que confían en mí, deben demostrarlo. Al principio de esta temporada me lo dijeron, y no ha sido así. Soy tirador, pero también puedo aportar otras cosas. Tienen la sartén por el mango, pero a veces, me gustaría sentarme con ellos y que fueran sinceros. Si me quedo en Portland, quiero que sea así, pues en este segundo año no lo han sido. Desearía que me aseguren que haré algo más que tirar de tres.

-Todo el mundo le sitúa de nuevo en Europa. Real Madrid, Barcelona...
-Siempre diré que las puertas están abiertas a todos los equipos. Cada verano tengo que convivir con estos rumores, y no descarto volver a Europa, pero quiero la mejor opción para mí, ser feliz y jugar, dar el máximo, sea en el Barça, Madrid, Portland u otro equipo de la NBA.

-¿Cree que podría haber novedades respecto a su futuro en el próximo 'Draft'?
-Es el momento en el que se realizan más traspasos, pero ahora soy jugador de Portland, y si ellos creen que deben prescindir de mí, no tengo nada que decir. Como decía Marc Gasol, 'somos como cromos'. Un cambio de aires puede venir bien, pero en Portland estoy a gusto. Ellos tienen la última palabra, pero miraremos lo que más nos beneficie.
-¿Cuáles han sido el mejor y el peor momento de su segunda campaña en Estados Unidos?
-Me quedo con los partidos en los que he jugado bien, en los que he demostrado que puedo ofrecer un gran rendimiento, y eso lo han valorado todos. La parte negativa ha llegado por la poca confianza de mi entrenador y la operación.
-Los técnicos no lo tienen claro, pero la afición y el propietario (Paul Allen) han expresado en público que quieren que se quede...
-Toda la gente que me ha venido a visitar ha visto que soy muy querido en la ciudad, también por parte de los compañeros. La gente está conmigo, y eso me puede perjudicar o venir bien, pero ellos me han mostrado su cariño y eso siempre lo tengo y lo llevaré conmigo.

-¿A qué puede achacarse la falta de continuidad por parte de su entrenador?
-Puede deberse a que ha tenido a numerosos jugadores lesionados, casi todos de mi posición, y a la competencia por la misma. No he tenido tanta responsabilidad, y en la segunda mitad de la temporada, ya no recibía la pelota y no tenía confianza. El primer año jugué de otra forma y Sergio (Rodríguez) me pasaba más balones, era diferente.
-¿Consideraría un paso atrás el volver a Europa?
-No lo sería, pues grandes jugadores como Navarro, Rigadeau o Jasikevicius han regresado. Para nada sería un paso atrás, sería un paso más dentro de una carrera deportiva. Cuando eres pequeño, sueñas con jugar en la NBA, y yo lo he conseguido. Si tengo la opción de entrar en un proyecto ambicioso en Europa, en España, para ganar títulos, como la Euroliga, lo valoraré.

-¿Se le ha pasado por la cabeza la posibilidad de abandonar la aventura americana?
-Ha habido muchos momentos en los que quería irme, pero quien me conoce sabe que soy ambicioso y que en cada proyecto quiero tener un rol importante y confianza en mí mismo. Me he visto sin ganas, sin confianza, y en eso me he apoyado para crecer mentalmente. Por eso, me gustaría cambiar el segundo año y extraer lo positivo.

-¿Resulta fácil convivir con los constantes rumores sobre su futuro deportivo?
-Cada verano tenemos que afrontar esta situación, pero si el Barça o el Madrid piensan en mí, es un orgullo. Hay que esperar, pero yo no puedo hacer más. Está en manos de mis agentes y escuchamos a todo el mundo, aunque yo no he hablado ni con Rosell ni con Florentino.

-¿Hasta qué punto puede condicionar la ausencia de Pau Gasol el papel de España en la defensa del Mundial?
-Pau es un líder, un jugador referente en todos los equipos en los que juega. Si no está en el Mundial, será una pérdida importante, pero somos doce hombres que hemos demostrado que podemos cumplir con la misión, que sabemos convivir con la presión, y lo vimos en el Europeo. No empezamos bien, y fuimos campeones.

-Lo único que les falta por ganar el oro olímpico...
-Quedan dos años para Londres, pero sería increíble, el premio a una generación que ha hecho historia.