Vista general de Dalt Vila. | GERMáN G. LAMA

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Ibiza, además de ser popular por su oferta de ocio, también es un icono por su privilegiado entorno natural, por las milenarias praderas de Posidonia y por la impresionante belleza de la ‘nave de piedra’, Dalt Vila, la fortificación amurallada mejor conservada del Mediterráneo. La isla, además, ofrece arte, deporte, gastronomía, compras y un ambiente alegre y cosmopolita que atrae a viajeros de todo el mundo. Un lugar perfecto para conocer o redescubrir con el bono para residentes de 100 euros para viajar interislas.

El 4 de diciembre de 1999 la UNESCO declaró a Ibiza Patrimonio Mundial, lo que supuso el reconocimiento universal de algunos de los valores naturales e históricos que durante siglos han caracterizado a Ibiza. Además, todos aquellos que pasen unos días en la isla pueden aprovechar para hacer una escapada a Formentera, ya que hay ferris diarios y el trayecto dura menos de media hora. Este reconocimiento se debe a bienes culturales que se deben visitar si se viaja a la isla:

Dalt Vila

El conjunto de Dalt Vila ofrece actualmente una gran cantidad de opciones al pasear entre sus calles históricas. La ciudad antigua se desarrolló a partir del primer asentamiento fenicio en el Puig de Vila. Según los textos clásicos, Aiboshim, la ciudad de Bes, fue fundada en el año 654 a.C. Durante toda la época púnica fue un centro comercial de gran vitalidad. Ya en el siglo X, Madina Yabisah formaba parte de los territorios de Al-Andalus. Por su parte, la etapa de dominación árabe dejó profundas huellas en la ciudad y en toda la isla.

El 8 de agosto de 1235 las tropas Catalanas de Jaume I conquistaron la isla implantando el cristianismo, la cultura occidental y se instauró un sistema feudal. En 1299 el rey de la Corona Catalano-aragonesa Jaume II creó la Universitat, un sistema de autogobierno, que se mantuvo hasta el 1717. En la época medieval surgieron nuevos edificios, tanto de carácter civil como religioso y el siglo XV fue una época de bonanza, que se plasmó con la aparición de nuevas casas y otras construcciones. Los ataques del siglo XVI de la armada turca, pusieron en evidencia la debilidad de las viejas murallas medievales, por lo que finalmente fueron substituidas por el recinto abaluartado renacentista que todavía se conserva.

EIVISSA. PATRIMONIO œ Estado de los bienes patrimoniales de Ibiza.
Yacimiento fenicio de sa Caleta.
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Yacimiento fenicio de sa Caleta

El asentamiento de sa Caleta ofrece hoy uno de los más sugestivos esquemas en lo referente a la tipología de las casas fenicias occidentales arcaicas que se conocen. Se trata de un sistema de yuxtaposición de elementos, según necesidades, y sin atender a una planta prefijada; sin orden, como si el espacio se hubiera repartido entre los colonizadores. La declaración de Patrimonio Mundial de sa Caleta refleja la gran importancia del poblado como predecesor de la ciudad actual y su gran significado histórico. Con el establecimiento de sa Caleta, las Pitiüses entraron en la historia y en la modernidad. Los fenicios trajeron a las islas conceptos nuevos y desconocidos, como la urbanística, la cerámica a torno, la metalurgia del hierro o la escritura, entre otros.

Pero esto no es todo. El Ajuntament de Ibiza en su página web destaca más lugares de interés como la plaça del Parc, el faro de es Botafoc, la Avinguda de les Andanes, el Mercat Vell, el Hotel Montesol, el Paseo Marítimo y el muelle pesquero, el Teatro Pereira, el monumento a los hippies, Can Ventosa, Vara de Rey, Ses Feixes y el monumento a los corsarios. Una amplia oferta de opciones en la que también destacan las playas de Talamanca, Ses Figueretes y la Platja d'en Bossa.

La necrópolis púnica del Puig des Molins

Es la necrópolis más extensa y mejor conservada de todo el mundo. Situada en el Puig des Molins, fue el cementerio de la ciudad de Ibiza durante toda la antigüedad. Se ubica a unos 500 metros a poniente del Puig de Vila, en el mismo lugar en el que está emplazada la ciudad desde su fundación por fenicios a finales del siglo VII a.C. El cementerio inicial, establecido por los fenicios, ocupaba una zona concreta en la parte baja de la ladera y experimentó un enorme crecimiento debido al desarrollo de la ciudad en épocas púnica y romana. Posteriormente los terrenos fueron utilizados para uso agrícola, la ladera fue dividida en bancales donde se plantaron olivos, almendros, algarrobos e higueras, juntamente con los molinos de viento.

Actualmente, la ladera forma parte del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera. El museo posee muchas obras que se pueden admirar, aunque destaca por encima de todas ellas la terracota de tradición griega helenística que representa el busto femenino de la diosa Tanit, auténtico icono de la isla.