El miedo a envejecer puede llegar a amargarnos. | Freepik

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Te miras al espejo y ves que tu cintura ya no está tan marcada, algunas partes del cuerpo empiezan a descolgarse, la piel se arruga, las canas se apoderan de la cabeza... Estos son sólo algunos de los cambios que se producen en nuestro cuerpo y que a muchas personas les afectan, generándole inseguridades, complejos, etc. «La famosa vuelta al sol se vuelve una losa cuando, sin darnos cuenta, vemos que cumplir años representa aceptar el paso del tiempo en una sociedad donde el hecho de envejecer se ha convertido en algo que cuesta asumir por un gran número de la población», expone la coach de salud, Marga Almarcha.

«Envejecer y, más concretamente, el paso del tiempo, son circunstancias que en la sociedad actual se vive con cierto temor y aceptación, sobre todo cuando empezamos a darle la bienvenida a los cuarenta. En este contexto, las redes sociales no hacen más que visibilizar, cada vez más, unos estándares de belleza en los que, tanto hombres como mujeres, parecen que no encajan al cumplir una cierta edad», razona.

La coach señala que «al llegar a una edad determinada hay un anhelo desmesurado por recuperar el tiempo perdido y esa juventud de la que éramos custodios, lo que nos lleva a recurrir a tratamientos estéticos en un afán por sentirnos más jóvenes, al menos externamente. En ese afán dejamos de vivir la madurez con plenitud y aceptación y entramos en una batalla contra el tiempo, en la que podemos acabar desgastados, sobre todo, teniendo en cuenta quién va a ser el ganador».

A su modo de ver, «cada etapa vital lleva emparejado una serie de cambios que nos pueden provocar malestar, pero que es necesario que vayamos asumiendo poniendo consciencia para poder acogerlos con naturalidad y evitar que nos generen insatisfacción. Afortunadamente, hay herramientas que permiten asumir los cambios y disfrutar la madurez.

Uno de ellos consiste en «aceptar lo que somos y cómo estamos. Aquí es importante ser conscientes de la influencia que tiene el grupo o el círculo en el que cada uno se mueve. Desgraciadamente, nuestra necesidad de pertenecer y de ser aceptados y aceptadas no tiene edad y puede influirnos positivamente o negativamente en cómo nos aceptemos».

Otra de las claves es «asumir que cada persona tiene un cuerpo diferente y que, por mucho que queramos, no podremos aspirar a un cierto cuerpo. Dejemos de perseguir ciertos cánones corporales que no se acercan a la realidad». Además, señala que «el paso del tiempo nos regala tener más experiencia; pero también que se den ciertos cambios en nuestro cuerpo que no podamos entender, pero que tengamos que asumir». Sin embargo, aclara que «asumir no significa resignarse o despreocuparse de nuestro aspecto físico. Es importante practicar actividad física para mantener un estado de salud óptimo, más allá de que queramos mantener un peso ideal».

Cuidarnos a nivel emocional es fundamental. «A veces va a ser necesario cuidar nuestro diálogo interno cuando empecemos a percibir que no nos está ayudando». La coach concluye que «cada año que cumplimos va emparejado asumir el paso que el tiempo hace sobre nosotros y nosotras. En muchas ocasiones lo viviremos con plenitud y, en otras, significará que se nos escurre la juventud entre los dedos. Aún así, y por mucho que la cirugía estética nos ayude a mantenernos jóvenes, es importante asumir que el paso del tiempo es la mayor certeza con la que contamos».