El calor afecta a nuestro carácter. | Freepik

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El calor, extremo algunos días, no es indiferente a nuestro estado de ánimo; nos afecta, y mucho. La coach personal y de salud, Marga Almarcha, precisa que «las altas temperaturas que estamos sufriendo no hacen más que poner de relieve los efectos que éstas generan en nosotros y cómo nos repercuten en nuestro día a día, no solo físicamente si no también en nuestra salud mental». En este punto, argumenta que «la falta de descanso, derivado por la imposibilidad de dormir bien a causa del calor, hace que nos levantemos más cansados. Esto nos genera una cierta irritabilidad e irascibilidad».

Aunque precisa que la llegada del verano nos anima a hacer más planes y a tener mejor humor, advierte que «ante el calor excesivo nuestro cuerpo reacciona activando el sistema nervioso. Esto provoca un aumento de nuestros niveles de adrenalina, que puede dar lugar a hipertensión, dolores de cabeza, ansiedad… Si esto no fuera suficiente, seguramente hayamos notado en algún momento confusión mental, falta de atención y concentración y cambios de humor».

A esto hay que añadir las dificultades para conciliar el sueño, mencionadas anteriormente, lo que «genera en nosotros una impotencia, que se puede traducir en respuestas más reactivas ante situaciones cotidianas. Por tanto, no es de extrañar que seamos testigos y protagonistas de momentos tensos».

¿Cómo evitar que el calor nos afecte?

Afortunadamente, Almarcha asegura que es posible evitar que el calor interfiera de forma negativa en nuestro carácter o, al menos, intentar que lo haga lo menos posible. «Lo primero, y más importante, es poner en práctica la paciencia, principalmente con nosotros mismos. Para ello, es fundamental ser conscientes de los efectos que tiene el exceso de calor sobre nuestra salud mental».

Mantener una actitud positiva respecto al calor es otra de las claves. «Evita quejarte continuamente del calor que hace porque eso solo hará que se retroalimente tu frustración e impotencia ante una situación que se escapa de nuestro control».

También es importante refrescarse a lo largo del día. «Una ducha rápida cuando llegas a casa, antes de irte a dormir o cuando el cuerpo la necesite te puede aliviar mucho. Si tienes la posibilidad, date un baño en la playa al final del día, ya que te ayudará a desconectar. Mi consejo es que en el coche lleves una bolsa de playa con lo imprescindible».

Hidratarse bien. «Si queremos que nuestro cuerpo mantenga una buena autorregulación, es necesario beber mucha agua. Evita el alcohol, ya que genera deshidratación, e intenta que tus comidas sean lo más ligeras posibles y, a poder ser, de alimentos frescos como verduras y hortalizas. Tampoco debes exponerte al sol en las horas centrales del día».