Las principales pasarelas apuestan por los colores vibrantes.

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La moda es una herramienta que se va reinventando y reconvirtiendo con el paso de las décadas. Es un instrumento, un juego creativo con el que uno puede sentirse con la libertad de entremezclar estilo, filosofía y creatividad. Los colores y las vibrantes tonalidades tiñen el ambiente y anuncian la llegada del estío. Como cada año, las calles se inundan de las tendencias más veraniegas.

El color block es un trend que arrancó con timidez el pasado verano ha llenado las ciudades de color. Se trata de una herramienta clave a la hora de vestir. Consiste en dar el protagonismo al color y a la texturas de las prendas, evitando los estampados. Entre la paleta de colores se encuentran el rosa caramelo, naranja mandarina, azul eléctrico, verde esmeralda, tonalidades que aportan un efecto optimista y que eleva el outfit. Existen muchas formas de llevar el color block y realzar el look. Una de ellas es apostar por los contrastes: una camisa fucsia de satén con un pantalón verde esmeralda; una minifalda naranja combinada con una camiseta en un vibrante lila. Otra manera de conseguir un color block es vestir de un mismo tono pero con distintos matices y graduaciones del mismo.

Más que una tendencia o una moda, se trata de un have must que garantiza el éxito de cualquier outfit. Es muy habitual ver estilismos monocromáticos en diferentes contextos de vestuario, desde outfits para estar en casa, más casuales y hasta formales. Esta técnica en monocromo, también conocida como total look, se empezó a ver en la década de los 60’s y alcanzaron el éxito en los 90’s. Consiste en armar el vestuario empleando un único color o, en su defecto, en la misma gama cromática. Los monocromáticos en tonalidades blancas son una apuesta asegurada.

Dejar al descubierto la ropa interior es una de las tendencias que encabeza la lista de esta temporada. La lencería se reafirma como una pieza vanguardista quedando expuesta. Esta nueva moda que ha llegado con fuerza se conoce como Bra Top, es la tendencia más sexy de la temporada y consiste básicamente en llevar el sujetador como si fuera un top. La forma más sencilla de llevar esta tendencia es posiblemente con el Bra Top más o menos escondido debajo de un blazer abierto. La clave en este tipo de estilismo es dejar un trozo mínimo de barriga al descubierto utilizando faldas o pantalones de cintura muy alta.

Un estampado a rayas horizontales o de estilo marinero es un clásico atemporal. Es este tipo de prendas a rayas es un básico imprescindible en cualquier armario cápsula. Pero este año, las principales firmas lo han reinventado cambiando la dirección de las líneas. Vestidos de rayas anchas y verticales en blanco y negro son el hit de este verano. Este print se transforma para elevar el look y estilizar las formas del cuerpo. Pese a que la combinación de black and white es siempre un acierto, son muchas las marcas que apuestan por esta verticalidad en colores más llamativos como la combinación entre naranja y verde.

La unión de pantalón y vestido es uno recurso que se ha vuelto muy popular en el Street Style. Este outfit permite crear un estilismo muy llamativo con tan solo dos prendas. También permite darle un segundo uso a esos vestidos que se usan para ocasiones especiales gracias a la descontextualización que se produce con este combo.

La minifalda es, sin duda, la prenda por antonomasia que define este verano. En su versión más corta se podrá ver con divertidos colores, con lentejuelas, en su versión drapeada y en corte asimétrico. Una prenda ideal para lucir piernas. Fue la diseñadora Mary Quant quien transformó la prenda en un icono de moda de los años 60, convirtiéndose en una prenda de referencia.