Plano de las murallas de Palma y de Sa Riera, 1596.

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Hoy hemos ido con los alumnos a la Seu o Catedral de Mallorca. Cada uno mira lo que más le llama la atención de la Sala Capitular gótica. De repente, uno de los discípulos me llama, mientras señala una antigua tabla pictórica, gótica, sin duda, de principios del siglo XV: «-Vell Professor, venga, por favor, mire lo que he descubierto».

-Ah, interesante. Es la pintura de la Crucifixión... bueno, de hecho, son dos; la del costat és la pintura de la Mare de Déu de la Misericòrdia o de Gràcia, que protegeix el desemparat poble mallorquí», digo al grupo, que se ha concentrado en ese ángulo de la venerable sala, que ahora parece la entrada del túnel del tiempo.

-Ya veo, profesor, pero muestra una inscripción en la parte baja; unas preciosas letras góticas... y en catalán, clar i llampant) (mondo y lirondo, dice el diccionario).

-Sí, un escrito claro y inquietante, terriblemente trágico. Lo podemos leer, es fácilmente comprensible, como decía: «En l'any MCCCCIII, diumenge, vers III hores de la nit, a XIIII de octubre fo en Mallorques gran diluvi d'aygües qui destruí gran part de la ciutat de la Porta Plegadissa fins a la mar portant-se’n hòmens, dones e infants, qui aprés foren per moltes gents soterrats per les marines, així com los pogueren trobar. Les ànimes dels quals Deus hage» (En el año 1403, domingo, hacia 4 horas de la noche, en 14 de octubre hubo en Mallorques gran diluvio de aguas que destruyó gran parte de la ciudad de la Porta Plegadissa hasta el mar llevándose hombres, mujeres y niños, que después fueron por muchas gentes enterradas por las marinas así como los pudieron encontrar. Cuyas almas Dios tenga [en su Gloria].

Pintura sobre tabla, gótica, del Diluvi de 1403 (Mare de Déu de la Misericòrdia) (Museu Catedralici).

–¡Dios mío!, un escenario apocalíptico: gran parte de la ciudad destruida y muchísimas víctimas humanas». «-Oh, sí, fue terrible, la peor desgracia natural que ha sufrido Mallorca... Resulta que los días 13 y 14 de octubre del año 1403 cayó una fuerte lluvia que duró dos días y dos noches. El torrente de Sa Riera ya no podía aguantar más caudal, se desbordó y, peor aún, arrastró multitud de árboles y ramas que taparon la entrada natural del torrente en la ciudad, un acceso estrecho abierto en la muralla medieval; tanta agua acumulada acabó por derribar el muro y el caudal descendió con tal fuerza, en forma de ola de gran altura, que arrasó las casas situadas a ambos lados de la Riera, con la gente que dormía en ellas. Se hundieron unos 1.500 edificios, y murieron más de 4.000 personas, aproximadamente una cuarta parte de los habitantes de la ciudad, con inmensos perjuicios para los mercaderes y para la economía de la ciudad y de la isla en general. Se encontraron cadáveres de personas ahogadas por toda la bahía: en el Coll d’en Rabassa y en las Illetes de Portopí, así como toda clase de muebles y otros enseres. Hubo necesidad de apuntalar 500 inmuebles, como la iglesia de Sant Feliu. Todos los puentes de la Riera acabaron destruidos».

-¡Cómo es posible, profesor, casi cinco mil muertos! Es difícil de creer. Imagino que sufrió mucho más la ciudad baja, Canavall, como solemos decir».

-Por supuesto, parece imposible tanta destrucción, pero todas las crónicas coinciden en la magnitud de la tragedia. Efectivamente, tienes razón... elemental, querido detective de nuestra historia!! La fuerza destructora de las aguas se encarnizó con la ciudad baja, el Canavall, que también incluía la nueva parroquia de Sant Nicolau, además de las de Sant Jaume y Santa Creu. En cambio, las escaleras del Pas d'en Quint y de la costa de Adarró o de la Seu, salvaron a los habitantes del Canamunt.

-Vamos, salimos del templo catedralicio, que el sacristán de la Catedral ya quiere cerrar... ¡y ya sabéis que no va de bromas! Tenemos tiempo de llegar a nuestra aula para comentar tres textos que describen este terrible Diluvio de 1403».

-Ya hemos llegado al aula. Podemos leer y analizar estos tres escritos sobre el tema.

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Una de las crónicas de la gran desgracia es el Noticiario del notario Mateu Salzet, que vivió los hechos; preparados, que tenemos que entender lo que nos dice la voz antigua, con «labio febroso», como diría Joan Alcover: «Vino la Riera tan poderosa y tan grande, llevando consigo gran multitud de árboles y de ramas que no pudo pasar por el puente que es de la muralla de la ciudad, mientras que dicha agua montó tan alto que derribó dicho muro, cuya parte superior subió por encima de la barbacana más de dos canas (una cana, un metro 60 cm), y se extendió por todos los caminos y derribó todas las tapias de los huertos que están sobre el camino que sale por la puerta Plegadissa, a mano derecha, y todas las demás tapias que están en la otra parte de dicha Riera hacia la puerta del Sitjar: y derribó las arcadas de los Tints, y el puente que está cerca de los Tints...».

-Un momento, un momento: quiero confirmar que la puerta Plegadissa es el punto de entrada a la ciudad del torrente de sa Riera, donde después se levantaría la puerta de Jesús, en la actual Vía Roma, cerca de la actual clínica Rotger.

Pintura sobre tabla, gótica, del Diluvi de 1403 (Crucifixión) (Museu Catedralici).

-Así es, y la puerta del Sitjar, más a poniente, estaría donde termina la calle de la Concepció, puerta medieval que después sería cegada por el baluarte del Sitjar renacentista. Ah, y los Tints eran unos tendederos de tejido, situados más o menos donde ahora se levanta el Institut Ramon Llull. Voy continuando con el notario Salzet: «Las aguas que entraban en la ciudad sobre dicho muro derribaron el puente de dicha ciudad que está en la puerta, y un molino de agua cercano... y después, más abajo, derribó todos los albergues cercanos al Born o Taulat (tablado para los torneos) , y otros por los caminos y vías que salían hacia dicho tablado, y asimismo todos los puentes que están en dicha Riera».

Añade, desesperado, el notario cronista: «es opinión de que por dicha inundación han fallecido más de cinco mil personas, y parece que allí donde estaban dichos albergues que jamás haya habito ninguno. La tierra permanece muy desconsolada, así de la muerte de las personas como de la pérdida de los bienes, como por la ruinosa destrucción de dicha ciudad».

-Increíble, terrible, peor que el Diluvio de Noé... ¡no me extraña el nombre bíblico!

-Tenemos un segundo documento, se trata de la crónica de los frailes dominicos, que también recuerda el desastre: "Fue tanto el diluvio que derrumbó las casas o albergues del Taulat (Born), y los albergues y casas de l’Om d’en Viabrera, y del puente Nuevo hasta la Carneceríia d’Avall, y la mayor parte de la calle de los Peraires y todo el Mercat del Fil, y todas las casas subiendo en Sant Nicolau Vell y toda la calle de la Mar hasta el mar, y la calle de los Mariners hasta el Hort del Rei, y tres tiras de casas notables que iban a la Llongeta dels Genovesos llamado de Sant Feliu, de modo que, en opinión de la gente, cayeron más de mil casas, murieron alrededor de cuatro mil persones, entre adultos y pequeños y esclavos y esclaves; de dichos edificios se llevó el agua hasta los cimientos, que difícilmente se podía saber donde habían estado dichas casas. Ultra lo dicho se perdieron grandes riquezas así oro, plata, infinitas mercancías" .

-¡Vaya trago más amargo que sufrieron nuestros antepasados!.

-¡Un momento, que aún no hemos terminado!. Tenemos un tercer documento, éste es oficial; se trata de la carta de los Jurats de Mallorca al Consell de Barcelona; es también terrible y afirma, con gran dolor y pena, que no se había visto nada peor en el mundo conocido: «es increíble para aquellos que no lo han visto ni se lo imaginan, que nunca, desde el diluvio del tiempo de Noé , en ninguna parte del mundo se haya seguido semejante destrucción de edificios, muerte de personas, y pérdida de bienes por la fuerza de las aguas. Señores, son muchísimas las tribulaciones, llantos, quejas y dolores, en esta miserable ciudad, de los padres, hijos, hermanas y hermanos, y amigos de las persones que han fallecido, cuyos cuerpos han sido después escupidos por el mar y tirados por las riberas, desnudos inhumanamente».

-Vell Professor, muy fuerte... por favor, basta, ya es suficiente, por hoy... Hemos quedado atónitos y muy compungidos. Mal día para pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor!".