«La cena dio comienzo con una sabrosa sopa de tortuga. Siguió una pareja de pato a la naranja y arroz, plato digno de una mesa parisiense, con un sabor criollo que desafiaba todo análisis. La sopa fue acompañada con un jerez seco, y el pato con borgoña. Ahora ambos saboreaban el café Brülot en la oscuridad estrellada del balcón. El doctor John Powers, con Faith muy cercana a él, se sentía inundado por la sensación que vivía en su hogar verdadero. Siempre que llenaron los vasos de vino, Faith había replicado, bebiendo tantos vasos como él. John no había hecho la menor objeción mientras tenía lugar la principesca cena. Igualmente le había parecido natural que ambos se instalaran juntos en el confidente de junco trenzado, a fin de escuchar, uno pegado a la otra, la poética música, insistente y dulce, de una guitarra que sonaba en alguna parte del patio».
Frank G. Slaughter, el doctor Powers y un pato a la naranja
La novela nos cuenta cómo era Florida a finales del siglo XVIII, cuando este capitán médico del Ejercito inglés fue degrada
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