Frank G. Slaughter, el doctor Powers y un pato a la naranja

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«La cena dio comienzo con una sabrosa sopa de tortuga. Siguió una pareja de pato a la naranja y arroz, plato digno de una mesa parisiense, con un sabor criollo que desafiaba todo análisis. La sopa fue acompañada con un jerez seco, y el pato con borgoña. Ahora ambos saboreaban el café Brülot en la oscuridad estrellada del balcón. El doctor John Powers, con Faith muy cercana a él, se sentía inundado por la sensación que vivía en su hogar verdadero. Siempre que llenaron los vasos de vino, Faith había replicado, bebiendo tantos vasos como él. John no había hecho la menor objeción mientras tenía lugar la principesca cena. Igualmente le había parecido natural que ambos se instalaran juntos en el confidente de junco trenzado, a fin de escuchar, uno pegado a la otra, la poética música, insistente y dulce, de una guitarra que sonaba en alguna parte del patio».

Es un fragmento de la novela Flight from Natchez de Frank G. Slaughter que nos cuenta cómo era Florida a finales del siglo XVIII, cuando el capitán médico John Powers del Ejército inglés fue degradado, ya que pesaban sobre él graves acusaciones. Pero una bella mujer, hermana del oficial que había actuado como fiscal, no creía en la culpabilidad del doctor. Se planteaba así un conflicto entre el deber y el amor.

Veamos ahora como se podía haber cocinado aquel ‘pato a la naranja’, de modo que hemos de disponer de un pato pequeño que cortaremos en ocho trozos y lo pondremos en un recipiente hondo. Luego lo rociamos con medio litro de zumo de naranja y lo dejamos macerar en torno a doce horas. Después preparamos otra cazuela a fuego moderado con tres cucharadas soperas de aceite de oliva y donde rehogamos la cebolla cortada en rodajas, un manojo de puerros troceados, un pimiento rojo y un pimiento verde, ambos cortados en tiras. Hecho esto, retiramos las verduras del recipiente y ponemos en su lugar los trozos de pato bien escurridos. Diez minutos después, sin dejar de removerlo, agregamos las verduras que habíamos reservado, añadiéndoles un par de dientes de ajo, otra vez el zumo de naranja y algo de perejil y tomillo. Sólo nos queda sazonarlo con sal y pimienta, para dejarlo cocer todo junto durante