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Hay un error muy generalizado por toda Europa, el de afirmar que el roast beef (o rosbif, como dicen los europeos) es el plato nacional de los británicos. No lo es, nunca lo ha sido y jamás lo será. El rosbif siempre fue uno de los platos favoritos de la nobleza inglesa. Cuando un dibujante de chistes de las revistas satíricas londinenses quería caricaturizar a un noble, lo ponía en la mesa delante de una enorme cadera de buey recién asada. Los europeos llegaron a pensar que el rosbif era el plato nacional. En cambio, el verdadero plato nacional es uno totalmente ligado a la pobreza: los fish and chips. Lo curioso de ese plato, una pieza clave de la cultura inglesa, es que no se sabe su origen.

En las calles de Londres se vendía todo tipo de comida caliente en el siglo XIX, incluyendo patatas enteras asadas. Más tarde llegó una idea nueva de Bruselas: gajos de patata fritos y calientes. En Oliver Twist (1838) Dickens menciona un sitio que vendía pescado frito. Pero en ningún momento llegaron a vender gajos de patata y pescado frito juntos en el mismo carro. Con el paso de los años, se abrieron tiendas de fish and chips en Londres y el norte de Inglaterra. Entre 1920 y 1955, los tenderos discutían quién tenía la tienda más antigua. A final de los 50, la patronal de los tenderos de fish and chips dedicó un par de años al tema y en 1960 nombró la tienda de Malin’s en Londres como la más antigua. Se abrió en 1860 y tenía papeles como prueba.

Aunque no hay tantas tiendas de fish and chips como hace 50 años, se venden unos 385 millones de raciones cada año. Los tenderos tienen su patronal, la Federación Nacional de Freidoras de Pescado, que entre otras cosas organiza cada primer viernes de junio el Día Mundial de Fish and Chips, que fue ayer. No es casualidad que ese día mundial siempre caiga en un viernes. En el siglo XIX, en plena Revolución Industrial, los trabajadores vivían muy mal, pero los viernes cobraban y podían pagar raciones de fish and chips para toda la familia. De ahí la tradición de comer ese plato los viernes. Palma nunca ha tenido una tienda de fish and chips (asignatura pendiente para algún emprendedor), pero hay un sitio en Palmanova que vale la pena. Se llama O’Neill’s (Tel: 971-681751) y su versión de fish and chips, que se puede comer con una pinta de Guinness, vale un 10.