El gazpacho es uno de los platos estrella del verano. | Lydia E. Corral

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El gazpacho es uno de los imprescindibles del verano. Con ingredientes tan naturales como saludables, tan nutritivos como refrescantes, pocos se resisten a esta sopa fría. En el mercado hay muchos gazpachos ya preparados, adecuados para quien no tiene tiempo o ganas de hacerlo en casa. El interés nutricional de este plato radica en la presencia de vitaminas (vitamina C y carotenos, sobre todo) y minerales (potasio fundamentalmente), además de todos los fitonutrientes.

El contenido en fibra se ve mermado, ya que se suelen pelar las hortalizas (también el tomate) y en muchas casas el gazpacho se pasa por el chino para que sea más líquido. El aporte energético del gazpacho depende sobre todo del pan y del aceite de oliva, puesto que el resto de los ingredientes son hortalizas con un bajo aporte calórico. Un gazpacho casero aporta de media unas 110 kcal por ración de 200 ml.

¿Qué beneficios tiene el gazpacho?

El gazpacho es una sopa fría elaborada a partir de hortalizas de temporada: tomate, pimiento y pepino. Su beneficio es doble: por un lado, hidrata y por otro, aporta los beneficios nutricionales de las hortalizas. Si no pasas el gazpacho por el tamiz o un chino, el beneficio es aún mayor, ya que las mermas en cuanto al contenido en fibra son menores.

¿Cuál es el significado de la palabra gazpacho?

La palabra gazpacho procede del latín «caspa», que significa «restos» o «menudencias». Los pastores disfrutaban durante la época prerromana de una primitiva variante del gazpacho elaborada con pan seco, ajo, vinagre, aceite y agua (esta receta se parece más a nuestro actual salmorejo que al gazpacho). Posteriormente, los campesinos fueron incorporando verduras, y de esta manera podían recuperar fuerzas cuando estaban en el campo, pues el gazpacho llena el estómago, apaga la sed y aporta al cuerpo sales y vitaminas.

¿Cómo se come el gazpacho?

«Del gazpacho no hay empacho», dice el refrán. Esta sopa fría es uno de los representantes de la dieta mediterránea, originaria de Andalucía, pero de consumo extendido en todo el país, hasta tal punto que existe más de una receta de gazpacho. El gazpacho es una sopa fría o una bebida refrescante muy socorrida en verano, aunque no exclusiva de esta época del año. Una de sus peculiaridades es su versatilidad en la mesa: puede tomarse a modo de refresco, como entremés o como sopa fría de verduras. La forma típica de servirlo es muy frío en un cuenco de barro, disponiendo por encima tomate, pepino, pimiento, cebolla y pan picados. Los más atrevidos pueden sustituir el tomate por alguna fruta veraniega, como la sandía o el melocotón.

Distintos tipos de gazpacho

El gazpacho es un plato muy versátil que permite adaptarse a los gustos y necesidades de cada uno, hasta tal punto que cada cocinero tiene su propia receta. En la gastronomía española hay varios tipos de gazpachos: el andaluz, más sencillo, el extremeño, donde el tomate troceado se sirve sobre un majado de ajos en aceite, y el manchego que no tiene nada que ver con este plato frío ya que se trata de un guiso elaborado con carne que se sirve con tortas de pan. Hay tantas recetas de gazpacho como hogares: con más o menos pan, o incluso sin él, con ajo, con comino... Las hortalizas de temporada, una batidora o un robot de cocina, y poco más hace falta para disfrutar de un rico gazpacho.