El vino es uno de los placeres gastronómicos que en Mallorca cuenta con un importante bagaje cultural e histórico.

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Hace calor y apetecen bebidas más frescas y no se quiere renunciar a un buen vino ante una buena propuesta culinaria. Para ello se debieron inventar los blancos y rosados. Ante las altas temperaturas estas dos variedades se presentan como una buena oportunidad ya que siempre se sirven en frío, aunque no todos los vinos comparten la misma temperatura, y es que pasarse con los grados de frío, ya sea al alza o a la baja, pueden degradar en boca los matices singulares de cada caldo. La gran mayoría de blancos y rosados oscilan entre los 8 y 10 grados pero también los hay que precisan estar en un rango superior, los 10 y 12 grados, o todo lo contrario, más fríos entre 6 y 8 grados. Es importante que cuando se está disfrutando de estos vinos no se llene la copa, pues la bebida se calienta a temperatura ambiente y deja de tener esa función refrescante y pierde sensatez en boca. Servir pequeñas dosis permitirá que el vino que permanece en la botella siga frío.

Además de refrescar, estos vinos maridan muy bien con la gastronomía y los productos típicos del verano en el Mediterráneo. Mallorca cuenta con excelentes bodegas en toda la Isla que miman, no solo sus tintos, si no sus blancos y rosados, que estos meses mejoran sus ventas tanto con el cliente local como el turista. Los blancos clásicamente se asocian a los productos del mar y eso en una isla tiene mayor protagonismo. Pero también son perfectos anfitriones para los platos de pasta o arroces. Por su parte, los rosados tienen su propio carácter que resulta ser muy versátil, con su tonalidad elegante, los rosados maridan muy bien con platos ligeros como puedan ser las ensaladas, -interesantes con ensaladas que contienen frutas de temporada-, pero al igual que los blancos, acompañan muy bien a pastas y pescados o mariscos.

Cavas y tintos

No olvidemos el cava como bebida, no solo para el postre o el brindis, su estructura burbujeante también es interesante para disfrutar durante toda la velada gastronómica, como pueda ser un arroz de marisco o una mariscada. Finalmente, para los amantes del tinto el consejo es que pregunten al sumiller del restaurante o bien al experto o experta en tienda, porque muchos vinos tintos tienen los matices frescos perfectos para disfrutar en verano.