La cuadrilla de ‘Son Valls fora pèl’ en plena acción. | Gori Vicens

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Llega el calor y empieza la temporada de esquilar las ovejas. Este año, el trabajo se ha avanzado una semana y media respecto a años anteriores. Las lluvias y el tiempo raro de estas últimas semanas han hecho que muchos payeses opten por empezar antes a cortar la lana, ya que estas lluvias son muy propicias para que proliferen los virons (larvas muy pequeñas), unos bichos que pueden enfermar a las ovejas e incluso causarles la muerte.

La cuadrilla de ‘Son Valls fora pèl’ formada por siete jóvenes de Felanitx (de los llogarets de Son Valls, Son Proenç, Son Negre y Cas Concos) y uno de Santanyí este año han empezado la tarea el 12 de abril. Miquel Obrador, Pedro Caldentey, Sebastià Oliver, Miquel Cortés, Andreu Oliver, Miquel Estelrich, Miquel Caldentey y Joan Manel, empezaron a esquilar medio en broma medio en serio durante la pandemia ante la falta de mano de obra de cuadrillas de esquiladores extranjeros, principalmente polacos, que no se pudieron desplazar a la Isla para llevar a cabo este menester.

Ante la necesidad de tondre los animales ellos se pusieron al frente para ayudar a sus vecinos y conocidos. Su buen hacer empezó a correr como pólvora por fora vila, no sólo de Felanitx, sino de toda la comarca. Y el boca a boca ha hecho que para esta temporada ya tengan una agenda bastante apretada, ya que lo hacen por hobby y para conservar los trabajos tradicionales del campo.

Andreu Oliver explica que la sequía está dejando una cicatriz muy importante en la ganadería. Muchos payeses han ‘quitado’ muchas cabezas e incluso no dejan cría para el año que viene. No saben cómo vendrá el tiempo y es difícil arriesgar. «Los rebaños se han reducido un tanto por ciento muy importante. De 440 han pasado a 390, de 320 a 250, por poner sólo dos ejemplos», comenta.

El trabajo se ha avanzado una semana debido al tiempo. La cuadrilla tiene una agenda apretada. Fotos: G.VICENS

«Este invierno ha llovido muy poco, no ha habido comida verde, los pastos no han crecido y el ganado ha comido seco, de la despensa de lo cosechado el año pasado. Y, este año no recolectaremos nada para la despensa del año que viene», explica. Es por esto que los ganaderos temen y no dejan crías.
Lo único positivo que apunta Andreu Oliver es que «las ovejas han estado con el pie seco (no ha habido humedad y no les ha llovido encima) hecho que ha ayudado y mucho a que sean más fáciles de esquilar. Al cuerpo de la oveja le va muy bien comer seco», explica.

«Estas ovejas que se esquilan ahora se les vuelve a hacer un repaso en septiembre para que pasen un buen invierno, sin bichos», explica Andreu. Hacen el trabajo con máquina colgada y sin atar el animal. «Es lo más rápido porque si las tienes que atar pierdes tiempo y lo más importante es saber aguantar la oveja, porque si se empieza a remover pierdes mucho tiempo».

Y añade que: «si arrugas la oveja porque está atada de los pies tienes más posibilidades de hacerle daño; si está sin atar, la puedes tener estirada. Sin atar para nosotros es la mejor manera de esquilar», dice. Este sistema difiere completamente del que se utilizaba antaño cuando se esquilaba con tijeras. En cuanto al tiempo que se tarda, depende de la oveja. Si es vieja, no tiene dientes, o sea, come poco, tiene arrugas y no tiene pulpa, se tiene que tener más cuidado y se tarda entre dos y tres minutos por cabeza; pero la media está entre en 1 y 1,5 minutos. La temporada de la esquila se suele alargar hasta entrado el verano, a mediados de julio.