Miguel Ángel Martínez, en la entrada de su nueva factoría de Sóller, inaugurada hace solo unos días. | Lluc Garcia

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Miguel Ángel Martínez Elías (1974) es fabricante de salsas picantes de diferentes tipos, una actividad que inició en 2017, por su afición a este tipo de condimentos y por haber detectado en la Isla aumento notable por la afición a la comida picante. «Hasta hace pocos años en Mallorca solamente se conocía el pebre de banyeta y poco más, pero en los últimos años la afición por el picante ha aumentado enormemente en Mallorca y comer picante ya no es una excepción», explica Miguel Ángel que estos días ha inaugurado en Sóller una nueva factoría y exposición para sus productos, de los que destaca que, aunque sean salsas sin tradición antigua en la Isla, «son absolutamente de kilómetro cero».

Lo cierto es que desde que comenzó esta aventura en el mundo agroalimentario, sus elaboraciones son muy conocidas incluso en la Península, lo que ha supuesto un gran cambio en el volumen del trabajo, que realiza con la ayuda de su pareja, Esmeralda Martínez. Si bien al principio cultivaba las variedades picantes de pimientos en parcelas arrendadas en diferentes puntos de Sóller, actualmente trabaja directamente con agricultores que cultivan para la marca.

Asegura que este año «en Son Ferriol, tenemos en producción un total de 25.000 plantas de diferentes variedades lo que supondrá aproximadamente unos 30.000 litros de salsas picantes y de otros tipos que ahora también fabricamos con pimientos mallorquines, como la salsa brava o la barbacoa, productos muy solicitados por bares y restaurantes».

La principal vía de comercialización son los mercadillos y ferias, pero también directamente restaurantes, tiendas agroalimentarias y hoteles. «Desde que empezamos con esto», explica, «no faltamos nunca en los mercats, como el de Sóller o el de Sineu, pero también en ferias especiales, como lo haremos en la medieval de Capdepera, o cargamos la furgoneta y nos vamos a la península para vender directamente en las de Madrid y el País Vasco».

La diversificación del producto, elaborado con fórmulas que utilizan principalmente la maceración como proceso, y la innovación con salsas cada vez más sorprendentes y ‘fuertes’, dirigidas a los amantes del picante más intrépidos, es también uno de los objetivos de Miguel Ángel y Esmerada. «Fabricamos once salsas diferentes, en envases que van desde los 100 mililitros al litro de capacidad».

Y aclara que «mi formación ha sido autodidacta, pero he sido el primer salsero de Mallorca en obtener la carta de artesano del Consell, y que yo sepa la única que se ha otorgado hasta ahora en esta especialidad», aunque admite que «ahora ya hay aquí otros fabricantes que han descubierto el interés por este condimento, puesto que incluso muchos chicos ya prefieren las chips con sabor picante si tienen la opción». La variedad más intensa con la que trabaja es la Carolina ripper, «el pimiento más picante del mundo».