Los aficionados aseguran que han dejado de salir a cazar. | Pep Córcoles

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El tordo, aunque es más formal llamarlo zorzal (Turdus philomelos), es un ave migratoria que suele visitar Mallorca en temporada invernal. Es la pieza codiciada en esta época del año por muchos cazadores que incluso practican una modalidad de caza autóctona denominada ‘a coll’. No obstante, este año se han producido muy pocas capturas y son muchos los cazadores que coinciden en denominarlo probablemente como «el peor año en la caza de tordos de la historia de Mallorca», como secunda Pedro Vanrell, presidente de la Asociació Balear d’Entitats de Caça (ABEC).

Según Vanrell, «muchos aficionados han dejado de salir a cazar porque la mayoría de días no capturan ni uno. Lugares como los municipios de Sóller, Valldemossa, Deià y Escorca, donde es muy tradicional la caza ‘a coll’ han acabado prácticamente la temporada nada más empezar, según me han contado representantes de la sociedades de estos lugares».

Una de las zonas de entrada de los tordos cuando emigran hacia Mallorca es la península de Artà. Vanrell explica que «al principio, en el mes de octubre, se vieron unos pocos pero ahora mismo no hay nada». El presidente de los cazadores no deportivos agrega que «en el Pla de Mallorca se ven algunos pero muy pocos».

En este mismo sentido, distintos cazadores opinan que este año tan singular, con un otoño e inicio de invierno atípicamente cálido es el causante de la casi nula presencia de tordos. «Si en en el centro de Europa no se han producido nevadas ni heladas el ave no siente la necesidad de desplazarse demasiado hacia el sur», dice Vanrell al explicar las migraciones.

Antoni Mas, gerente de Natura Parc, opina que «la causa más probable sea la de falta de frío porque este año, precisamente la producción de oliva ha sido extraordinaria». Cabe explicar que las aceitunas de acebuche (Olea oleaster), conocidas como ‘olivó’, son el manjar preferido por los tordos, al igual que las aceitunas del olivo cultivado. Mas agrega que «nunca se había visto tanto ‘olivó’ por el suelo, muestra evidente de que el tordo no ha venido».

Por otra parte Mas incide en que «también se nota la ausencia de aves migratorias que llegan junto al zorzal, como el petirrojo (Erithacus rubecula), la lavandera blanca (Motacilla alba), el estornino, (Sturnus vulgaris) o el avefría (Vanellus vanellus). Tengo ganado en varias fincas de Sencelles y estas aves gustan de buscar insectos cerca de las reses y las caballerías, especialmente entre el estiércol, y este año apenas se ven», añade.

Vanrell sostiene que «para lo que queda de temporada hay ya pocas esperanzas de que se recupere». Cabe explicar que la campaña del tordo se inicia el 12 de octubre y finaliza el último domingo de enero para la caza con escopeta, prolongándose una semana más para la caza ‘a coll’. Mas agrega: «Puedo aventurar que este año han llegado sobre un 10 por ciento de tordos sobre lo que sería un año normal».