En la actualidad quedan pocos payeses en la Isla, no hay relevo generacional. Este año muchos no han querido sembrar. | Pep Córcoles

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El tomate es con mucha probabilidad una de las frutas más usadas en la cocina. Cabe precisar que efectivamente se trata de una fruta y no de una hortaliza como muchas personas creen. El problema de cada año es que cuando llegan los meses de otoño se acaba nuestra cosecha o se merma mucho debido a que es, como es lógico, una fruta de temporada estival. Pero este año está siendo más escaso que nunca, y por ende bastante caro.

Una de las razones del problema radica en la poca producción autóctona. Tomeu Dalmau, payés de s’Horta (Felanitx) y uno de los grandes productores de tomate de Mallorca, explica: «Para empezar quedan pocos payeses en la isla, no tenemos relevo generacional, y por añadidura este año muchos no han querido sembrar tomate debido a los problemas que hemos padecido los últimos años». Como cuenta Dalmau, este año prácticamente no hay otro payés que ofrezca tomates en el situado de productores que se celebra cada martes y viernes en el mercado mayorista Mercapalma. Sí hubo algunos más en los meses fuertes de junio y julio, pero fue una oferta muy efímera.

Tomeu afirma que «los últimos años hemos padecido primaveras y veranos con temperaturas muy altas. Incluso este año se está prolongando un calor inusual. Ocurre que cuando la temperatura rebasa de forma reiterada los 30 o 32 grados centígrados la planta aborta las flores, las tira. Evidentemente eso provoca una disminución del rendimiento». El agricultor agrega que «la afección de Tuta, un virulento parásito llegado de América, es otro de los problemas añadidos que ha hecho desistir a muchos payeses».

Pep Mestre, de sa Pobla, es productor y además gerente de la Corporación Alimentaria Agroilla SL. El especialista razona que «uno de los problemas con los que contamos es que vivimos en una sociedad globalizada donde hemos perdido la noción de la estacionalidad y muchas personas desconocen cuando es la época de la alcachofa, las coles o el tomate, y las demandan todo el año. Esto tiene un coste».

En estos momentos los mayoristas mallorquines están trayendo tomate de Murcia y otras zonas de España «pero tienen un problema de afección viral que les está mermando la producción», pormenoriza Mestre. Ante esta tesitura las empresas están completando su oferta con tomate procedente de lugares tan lejanos como Polonia o los Países bajos.

Mestre indica que «no quiere decir que este tomate sea mejor o peor que el nuestro porque cada zona tiene su época. Ahora la producción es más favorable en Centroeuropa que aquí y si queremos tomate no nos queda otra que acudir a estos mercados porque el de que aquí no nos basta». El productor incide también en que «por lo que respecta al tomate de Mallorca es preciso indicar que tenemos un grave problema de mano de obra y de los costes de la insularidad. No es barato producir en la isla».