Pascual muestra las fresas que recogen cada mañana a primera hora. | Gori Vicens

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Estas semanas es la plena de la temporada de recolección de la fresa. En Manacor encontramos una de las extensiones más grandes de esta fruta en Mallorca. Está gestionada por Frutas Pascual, socio de Agroilla. Tienen sembradas 700.000 freseras y cada mañana, a primera hora, los especialistas recogen las que están en su punto de maduración. «La que viene de fuera necesita 4 o 5 días para que esté en la Isla, en cambio la de aquí desde el momento que se recolecta no está ni 24 horas en que esté en el punto de venta», explica Mateu Pascual. «Ésta no está dentro de cámaras, lo que le da un sabor muy natural», incide.

Actualmente, hay fresa mallorquina, de Manacor, prácticamente todo el año. La temporada empezó a mediados de febrero y se prevé que haya hasta noviembre o diciembre. Incluso, dependiendo de las temperaturas, se enlaza prácticamente una temporada con la otra.

Ahora está en la plena de recolección gracias al buen tiempo que es para este producto sol y temperaturas altas de día y fresco de noche. Con este clima diurno maduran más rápido. «La planta suele trabajar de día y descansar de noche. Si tenemos temperaturas de menos de 15 grados, de noche la planta se para y descansa. Y de día con este sol se consigue que tengan el máximo rendimiento», explica Mateu Pascual. Esto se da hasta mediados de junio; luego, con el aumento de la temperatura nocturna, la producción se ralentiza. Por ello, en pleno verano es cuando hay menos cantidad, debido al calor.

Los recolectores saben que aquella fresa está en su punto cuando el rojo es intenso –rojo cereza o rojo sangre, dicen. Ese es el momento que la fresa no necesita ni azúcar ni nata añadida «que se puede comer sin mezclar con nada más», apunta.

Mateu hace referencia al importante aumento de costes que han tenido respecto a hace dos años: energía, fertilizantes, «todo ha subido y el producto no ha subido en consonancia a lo que nos han subido los costes», explica.

En plan experimental cultivan la fresa blanca. Originaria de Chile, hace unos 20 años que la descubrieron dentro de la selva y con el paso del tiempo la han ido perfeccionando. «Tiene una gran aceptación por el sabor que deja al paladar, que es afrutado (melocotón, piña, albaricoque), y los cocineros que la han probado están muy contentos, porque no sólo es la novedad del color, sino también el sabor», explica Pascual. Para el año que viene tiene previsto sembrar algunas plantas más que este año, pero «con prudencia», comenta, para ir introduciéndola al mercado. La fresera es una planta de periodicidad anual. «Cada año se renueva toda la plantación; una vez ha producido se arranca y se vuelve a sembrar, manualmente», añade. Sembrar 700.000 plantas supone mucho trabajo.