Pau Queralt, junto a Biel Coll, son los apicultores responsables de la marca Mel Vici. | Gori Vicens

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Las abejas son muy importantes, ya que sin ellas el 60 % de las frutas y verduras que hoy consumimos desaparecerían al no ser polinizadas sus flores. De las múltiples especies de cultivos que abastecen el 90 % de los alimentos del mundo, las abejas polinizan más del 70 % de ellos. Además, polinizan más de 25.000 especies de plantas con flores. Sin estos insectos la actividad agrícola prácticamente desaparecería.

Desde hace ocho años, dos apicultores de Alaró, Pau Queralt y Biel Coll van diversificando su relación con las abejas, y durante estos años han pasado de ser meros aficionados a profesionales, creando la marca Mel Vici. Además de la producción y venta de miel, tienen en marcha diferente e interesantes proyectos. El más novedoso, quizás, es el servicio íntegro de mantenimiento de colmenas y producción. «Consiste en instalar las abejas en un terreno en cualquier punto de la Isla y de éste elaboramos para el propietario la miel de su terreno», explica Pau Queralt.

Otra iniciativa que tienen en marcha es con la polinización. Consiste en trasladar las abejas a los cultivos para mejorar su rendimiento. Respecto a la situación de la apicultura, explica que a las abejas les cuesta adaptarse al cambio climático y a la masificación por parte de la gente, y el campo mallorquín de cada día lo está más. «Hay menos territorio virgen y se resienten de ello. Además de las enfermedades y parásitos como la varroa o la avispa asiática», explica Pau. Pero, al mismo tiempo, es optimista porque progresivamente hay más gente que se interesa en tener enjambres de abejas y producir miel. «El sector apícola está creciendo y esto es muy importante», añade. Para dar una mano e introducir a los nuevos apicultores en este mundillo, Mel Vici también vende reinas así como colmenas y núcleos de abejas (medias colmenas).

«La trashumancia –explica Pau- la hacemos cuando empieza la floración, para conseguir una mejor producción. Además, de esta manera se va haciendo una rotación de terrenos que ayuda mucho a las abejas». En Mallorca no hay muchos apicultores que se dedican a la trashumancia de abejas, aunque parece ser que últimamente ha despertado más interés. Para llevarla a cabo se mueven por toda la Isla, principalmente por las zonas del Raiguer, Pla y Sud. «En las épocas fuertes vamos de una finca a otra y de parte a parte de la Isla», comenta.

Se hacen dos cosechas al año, una entre finales de primavera y comienzos de verano (junio), y otra a finales de otoño (noviembre). Según si es miel de primavera o miel de otoño se consigue en base al cardo o naranjo, o bien de algarrobo o xiprell, entre otros árboles y plantas. Estos alaroners –Pau Queralt y Biel Coll- resaltan que «nuestra miel es 100 por cien mallorquina; nosotros hacemos todo el proceso». En el momento de comprar la miel mallorquina hay que tener muy en cuenta que el envase lo tiene que indicar expresamente; es la única garantía que certifica que es de aquí.