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El pasado jueves, la Galería Marimón, de Palma, y la calle en la que se ubica el espacio expositivo se encontraban atestadas de artistas, políticos, escritores y decenas de amigos y admiradores de la obra del artista de Santanyí Llorenç Garrit.

El artista presentaba esa tarde su muestra titulada Anhels d’una deessa menor. Con su colorida obra satirizó las religiones, pero a la vez se sirvió de sus conceptos, que enfatiza porque son interesantes y se han desvirtuado al llegar a Occidente.

Lo que Garrit intenta es despertar conciencias, que sea el espectador el que busque o vea una relación con lo que su obra propone. Lienzos coloridos con referencias a la filosofía pop proponían un juego expositivo inspirado en la religión sintoísta, basada en el culto a las divinidades y el animismo. Necesario será acudir con tiempo y sin el ‘maremágnum’ de gente que rodeaba al artista. La propuesta de Garrit deberá analizarse contemplando bien la obra que se ocultaba tras los hombros de sus admiradores y de los políticos que le apoyaban.