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El Casal Solleric acogió la inauguración de la exposición 'Derelictes (i altres utopies)' de la artista Erola Arcalís, comisariada por Aina Pomar. Arcalís parte de la figura de su bisabuelo, Francesc Preto, mestre d’Aixa, quien a principios de los años ochenta, contando él 85 años, construyó un barco ‘en sec’ de 26 metros de eslora que no tocó nunca el mar y un proyecto de comuna vegetariana que no prosperó.

El barco, y los objetos que él había coleccionado, se quemaron en un incendio. Erola volvió a ese lugar y recogió lo que restaba. A partir de ahí, recuperó la historia de forma poética. Estos pecios de un naufragio simbólico, devienen en diálogo entre Paco y Erola, en el que la artista reinterpreta la utopía del bisabuelo, reivindica su figura y expande la idea de isla, sin nostalgia, en fotografías y bodegones.