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Este fin de semana, Sábado Deluxe vivió un gran regreso. No solo el de María Teresa Campos, que volvió al programa para arreglar las cosas con Jorge Javier Vázquez tras su tensa entrevista hace meses, sino el de Paco Porras, al que se le dio recientemente por desaparecido y del que se dijo que estaba viviendo entre cartones en la calle.

El futurólogo declaró recientemente que estaba en la ruina y que se sentía solo porque no tenía a nadie a quien recurrir. Aun así, un amigo suyo con el que vivía acudió a Sálvame para decir que llevaba tiempo desaparecido. Kiko Hernández aseguró que estaba en la indigencia, pero el vidente quiso desmentirlo el pasado sábado.

A pesar de que esa parte no fue cierta, lo que explicó el que fuera amigo de Yurena, Tony Genil o Leonardo Dantés dejó a los presentes con la boca abierta, pues parece que ha estado tiempo desaparecido porque lo retuvieron en contra de su voluntad.

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El vidente, que aseguró que ha vivido un infierno, contó que había sido engañado tras aceptar un trabajo en un chalet en Altea, Alicante, donde iba a realizar sesiones esotéricas, pero lo que se encontró fue en realidad un prostíbulo: «Me quedé sin un céntimo y tuve que dejar que me prostituyeran y humillaran [...] Llegaron a mearme en la boca y tuve dejar que me hicieran una doble penetración anal».

«Me tenían allí retenido posiblemente con la ayuda de alguna sustancia que anulaba mi voluntad echándome, por ejemplo, burundanga en la comida [...] No es normal que yo me dejara hacer aquellas cosas», explicó Paco Porras. «Encima de que me han denigrado no he cobrado ni un duro, escapé de allí sin un céntimo, la madamme se quedó con todo».

Según contó, estuvo allí seis días donde tuvo que soportar cosas como que le ataran el pene con un cordel para tirar de él o quemarle sus partes íntimas con la cera de una vela. Afortunadamente, pudo salir gracias a la ayuda de una prostituta, pero todavía tiene secuelas física y psicológicas.

El televisivo futurólogo aseguró que algunos de sus clientes eran un policía que tenía fijación por él y quería verle sufrir o un matrimonio de Ucrania que pagaba 2.000 euros para que Paco Porras penetrara al hombre.