La actriz Belén Rueda posa a su llegada al estreno de la película ? Perfectos Desconocidos?, dirigida por Alex de la Iglesia, hoy en el cine Capitol de Madrid. | Javier Lizón

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La actriz Belén Rueda presentó este martes en sociedad su última película, 'Perfectos desconocidos', aunque en lo personal no pasa por un buen momento, tras la reciente pérdida de su madre. Aún así la intérprete decidió no faltar a la cita y apoyar la presentación, junto a todo el elenco de la cinta dirigida por Álex de la Iglesia que este viernes 1 de diciembre llega a los cines.

En este contexto tanto el director bilbaíno como los actores hablaron un poco de todo, y como no, no podía faltar una referencia a uno de los temas más recurrentes en las últimas fechas en el sector: las denuncias por abusos sexuales.

Belén Rueda señaló que jamás ha tenido este problema, porque lo habría denunciado, algo que comparten Juana Acosta y Dafne Fernández, así como Eduardo Noriega, que reivindica que también es un problema que afecta a los hombres.

De la Iglesia, a su vez, afirmó que «Kevin Spacey probablemente sea un miserable, una persona deleznable, pero su trabajo no», reivindicando la importancia de separar «ficción y realidad».

Preguntado por el dilema que supone intentar combinar el talento y los comportamientos moralmente reprochables, ha señalado que es «contradictorio» pensar que Spacey no merece rodar una película. «Spacey ha hecho películas extraordinarias, borrarle de una cinta me parece absurdo», ha dicho.

De la Iglesia dirige a Ernesto Alterio, Juana Acosta, Eduard Fernández, Dafne Fernández, Eduardo Noriega, Belén Rueda y Pepón Nieto en una comedia coral, adaptación del éxito italiano homónimo dirigido por Paolo Genovese, galardonado con el premio David di Donatello a la Mejor película.

El film tiene como escenario el salón de una casa en el que se reúne un grupo de amigos para cenar durante una noche de eclipse lunar. La propuesta de un juego, según el cual todos los invitados han de dejar sus móviles en la mesa y compartir los mensajes y llamadas que lleguen, tendrá consecuencias imprevisibles en una noche aparentemente tranquila.

De la Iglesia ha señalado que, tal y como plantea esta película, actualmente «se comparte todo» y las personas se convierten en «reporteros» de su propia vida, lo que lleva a una falta de libertad.