A media tarde, los participantes, pertenecientes a unas 60 asociaciones vecinales, clubs de tercera edad, casas regionales, colectivos de inmigrantes, miembros del Grup Güell, cofradías, representantes de algunos gremios y personas a título personal se fueron concentrando en la plaza de los patines. A las siete de la tarde se dio el sus al desfile, que partió con la música de los xeremiers y de una banda de música hacia la calle Oms y Sant Miquel.
En esta ocasión, los participantes llevaron a su elección un ramo de flores, un centro o bien frutas, ya que es tradición que después la iglesia de Sant Miquel las reparta entre los enfermos de la parroquia. Soledad Sarabia, de Fepae, se mostró muy satisfecha por la gran asistencia de participantes y de público, «esto significa que hemos conseguido reactivar esta tradición».
El cortejo resultó sumamente vistoso, viéndose muchos trajes regionales, como los miembros de la AVV Es Fortí, que acudieron vestidos de payeses y portaron su nuevo estandarte, o la Hermandad del Rocío, que aportó un gran centro floral.
Llegados todos al templo, lo ofrendaron a la Virgen. Se danzó el ball de l'Oferta y se cantó la Salve. Fepae realizó la ofrenda en nombre de todos los ciudadanos de Palma. Entre las autoridades asistentes estaban los concejales del Ajuntament de Palma Julio Martínez y Sandra Fernández, quien acudió en representación del alcalde.
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