Aina Calvo, alcaldesa de la ciudad, junto a Francina Armengol en el fogueró de la Agrupació Socialista de Palma. | M. À. Cañellas

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Miles de personas 'ocuparon' ayer el centro de Palma para participar en la tradicional revetla de Sant Sebastià. El punto de partida fue el encendido de los foguerons, que tuvo su máxima expresión en el instalado en la Plaça d'Espanya, donde se quemaron cerca de cuatro toneladas de leña. Allí, y no en la Plaça Major como es habitual debido a problemas técnicos con el concierto de Luz Casal, Aina Calvo, alcaldesa de Palma, acompañada por los concejales Eberhard Grosske, Nanda Ramon, Baldomero Oliver, Toni Donaire, José Hila y Andreu Alcover (Francina Armengol llegó tarde), prendió el fogueró (sin ninguna valla de protección), con el que dio comienzo una larga noche de música y de fiesta, con xeremiers y baile de gegants i caparrots, amenazada desde que comenzó la tarde por una lluvia que no cayó. Minutos antes, y también en la Plaça d'Espanya los Castellers de Mallorca repitieron sus torres ante un público numeroso, pero inferior al del año pasado, congregado este año en la Plaça Major.

Poco a poco se fueron encendiendo los foguerons por toda Palma y la fiesta empezó a ser una constante en una revetla de Sant Sebastià en la que el área de Infraestructures del Ajuntament de Palma distribuyó 165 torradors y 100 tanques pequeños, además de 12 toneladas de leña.

Sólamente cuatro de ellas fueron destinadas al fogueró de la Plaça d'Espanya, y 50 kilos por cada uno de los torradors repartidos por las calles más céntricas de Palma.

La Plaça Major reunió a un buen de personas, muchas familias con niños pequeños que, con guantes y pinzas, torraron en ocho torradors sus botifarrons, llonganisses, morcillas, chorizos, chuletas y panceta. Los que no quisieron torrar pudieron comprar bocadillos a partir de 2'5 euros.

Plazas como Joan Carles I, en la que se podía pasar sin agobios y con un público joven; Mercat, sin torradors, o patins, casi llena y con torradors de Cort y particulares, estas dos últimas nuevas en la fiesta, también se sumaron a la revetla.

A pesar de la lluvia caída a primera hora de la tarde, en la Plaça de l'Artesania se celebró un triple espectáculo. La fiesta comenzó con una gran paella a las 15.00 horas, aunque los juegos y malabaristas programados para las cinco de la tarde retrasaron su actuación hasta pasadas las ocho de la noche. Y a las ocho y media en punto ya se podía torrar, con una senvidiables ascuas en la zona del Palau Reial, donde el Partido Popular reunió a más de 3.000 afiliados y simpatizantes.

En la Plaça Santa Eulàlia numerosas carpas acogían a diversos partidos políticos con un ambiente dispar. En Sant Francesc, ambiente tímido hasta que comenzaron a sonar, a las nueve de la noche, los primeros acordes. Al igual sucedió en la Plaça de Cort donde, además de muchos ciudadanos, se podía apreciar la asistencia y participación en la fiesta del patrón de Palma de turistas extranjeros, sobrasada, llonganissa o botifarró en mano. Gran ambiente festivo, en general, por todas las plazas y calles del centro de Ciutat.