Tomeu Barceló, Carme Serra, Camila Huisgen, Vicenç Sastre, Joan Punyet Miró, Santi Mayol, Catalina Crespí y Oscar Mayol, con las esculturas de Turc y May. | Lluc Garcia

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El conocido empresario solleric Vicenç Sastre, consejero del Ferrocarril de Sóller, recibió el pasado viernes, día 14 de junio, un pequeño y emotivo homenaje sorpresa en los jardines del Museo Modernista Can Prunera.

En este acto se inauguró una escultura que representa de forma muy realista a los perros Turc y May, dos canes que simbolizan para Vicenç Sastre y para el proyecto empresarial y cultural del Tren de Sóller «el inicio de la historia de una profunda amistad» entre él y Emilio Fernández Miró, nieto de Joan Miró.

Homenaje sorpresa a Vicenç Sastre en Can Prunera

Vicenç Sastre, que fue propietario de Turc, explicó que conoció a Fernández Miró con motivo de la afición de ambos a la caza.

Homenaje sorpresa a Vicenç Sastre en Can Prunera

«Las habilidades de Turc hicieron que Emilio adquiriera otro setter, al que llamó May y surgió una profunda amistad entre nosotros», explicó Vicenç Sastre.

Homenaje sorpresa a Vicenç Sastre en Can Prunera

Fernández Miró, fallecido en 2012, le contó a Vicenç Sastre que su abuelo, el artista universal, había sido un gran amante del Tren de Sóller, y le ofreció convertir el histórico y centenario ferrocarril en un escaparate del legado mironiano.

Esta increíble y emotiva historia de amistad hizo que hoy en día el Ferrocarril de Sóller sea conocido por este motivo en todo el mundo como el Tren de l’Art.