La reina Sofía, junto a Francina Armengol, el obispo Taltavull, Maria Salom y José Hila. | Eugenia Planas

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La reina Sofía presidió el concierto benéfico Réquiem Fauré que tuvo lugar en la Catedral de Palma el pasado lunes. Este concierto es una iniciativa del Rotary Club Palma Ramon Llull y son varias las entidades públicas y privadas que lo patrocinaron. La recaudación se destina íntegramente, como en años anteriores,  a la labor social que lleva a cabo Projecte Home Balears.

El concierto corrió a cargo de la Orquestra Simfònica de les Illes Balears, dirigida por Pablo Mielgo. El programa incluía la pieza del compositor y violinista finlandés Jean Sibelius Valse triste, y el Réquiem de Gabriel Fauré, una de las más famosas y populares misas de réquiem, muy innovadora en su tiempo y reconocida mundialmente. Los asistentes al recital disfrutaron, asimismo, con las voces de la Coral Universitat de les Illes Balears, dirigida por Joan Company, y de la actuación como solistas de la soprano Maia Planas y del barítono Sebastià Perisa.

La Seu se llenó, un año más, para escuchar uno de los réquiems más queridos por el público. De hecho, largas colas de público se formaron para entrar en la Catedral una hora antes del inicio del concierto.  Doña Sofía llegó acompañada de su hermana, Irene de Grecia, y fueron recibidas por  la presidenta del Govern, Francina Armengol; la delegada de Gobierno, Maria Salom; el alcalde de Palma, José Hila; el comandante general de Balears, Juan Cifuentes; Tomeu Català, de Projecte Home, organizadores del Rotary Club Palma Ramon Llull y autoridades eclesiásticas. Cuando llegó la reina emérita se oyeron aplausos y demostraciones de cariño. Doña Sofía saludó con su proverbial cortesía.