Foto de archivo de Mateu Alemany | Montserrat T. Diez

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Visiblemente afectado por los últimos acontecimientos, Mateu Alemany convocó ayer a los medios de comunicación desplazados a Bilbao para recordar y homenajear a la figura de Miquel Dalmau, al que el consejero delegado del Mallorca calificó como «uno de los personajes más importantes en la historia del club». Emocionado y con la voz por momentos entrecortada, el propietario de la SAD isleña volvió la vista atrás para repasar la aportación del fallecido ex presidente y recordar públicamente que siempre le echará de menos.
«Ha sido un dirigente decisivo en nuestra historia y lo fue en un momento clave y determinante», explicaba Alemany en uno de los salones del hotel Melià Bilbao.

Sufrimiento

«Tuve la suerte de compartir con él tres años de trabajo y de mucho sufrimiento. Recuerdo perfectamente cuando llegó, el 29 de junio de 1992. La entidad acababa de descender a Segunda División y estaba a punto de desaparecer. Para evitarlo, había que desembolsar el capital social fijado por la Liga de Fútbol Profesional (650 millones de las extintas pesetas) y no se había cubierto ni el diez por ciento. La ley implicaba que los clubes que no lo hubieran alcanzado descenderían a Segunda B y veinticuatro horas antes de expirase el plazo, Miquel lideró y aportó la cantidad necesaria para que el Mallorca mantuviese la categoría y plantease un proyecto para volver a «Su aparición fue decisiva porque la situación era inviable y de no haber sido por él, el Mallorca no llevaría catorce años en Primera ni hubiese conseguido tantos éxitos. Todo se debe a que Dalmau hizo un gran esfuerzo personal y empresarial para salir adelante», insistía.
Alemany también aprovechó la ocasión para subrayar que en la Isla nunca se ha reconocido el esfuerzo realizado por Miquel Dalmau. «No lo hicieron ni la sociedad ni los medios», apuntaba. «Pasó tres años muy duros en los que le tocó padecer una incomprensión general y eso le hizo mucho daño y le obligó a marcharse decepcionado. Por eso hoy es justo reconocer lo que consiguió y que se recuerde como sacó al club adelante».
Aleman, que definió a Dalmau como un mallorquinista perfecto, argumentó su discurso rememorando su posterior regreso a Son Moix. «Volvió para demostrar su mallorquinismo e hizo una aportación importante en 2003, cuando el club regresó a manos de los mallorquines. Se fue conmigo en 2006 y cuando le volví a llamar, en 2009, me dijo otra vez que sí, como siempre. Estaba dispuesto a ayudar al Mallorca en todo momento, aunque la historia no le haya hecho justicia», destacaba.
Alemany, que no quiso que durante su comparecencia se abordase ningún otro tema de la actualidad, se despidió dándole «unas gracias enormes» a Dalmau. «Lo hago en nombre de todos. Del Mallorca, de sus socios y de todos los que aman a la entidad», comentó.