Carlos Miró, Pedro Victory, Klaus Hillebrecht, Julia ikonnikov y Tolo Crespí. | Eugenia Planas

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En la sala Augusta, una larga cola de asistentes a una comedia que pretende ser el musical del verano, se subieron a los vagones del ferrocarril de Sóller. La sala Augusta vistió para ellos alfombra roja en los pasillos que conducen a la sala 3 donde se estrenaba la obra que dirige Pedro Victory. Actores, actrices, responsables de vestuario, directores en varias áreas y el responsable de la idea original del musical, Klaus Hillebrecht, que también ha producido la música, posaron ante el photo call.  La portavoz del Govern, Núria Riera;  el regidor de Cultura, Fernando Gilet, y el gerente del Consorci per a la Música, Marcelino Minaya, no se perdieron esta obra que se representa en tres idiomas y que explica, dentro de su contexto cultural, la personalidad de cada personaje, estereotipo de la sociedad isleña, según la visión de Hillebrecht. El escenario representa el mítico ferrocarril de Sóller, en el que se desarrolla la mayor parte de la historia contada con música. Los protagonistas  y los asistentes a la noche de estreno viajaron en los vagones de un tren de Sóller musical que no estacionará hasta que finalice este tórrido mes de agosto.