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Más de 200 artistas y alrededor de 700 piezas llenan la sala 2 de la galería Espai d'Art 32 de Pollença. Pueden parecer unas cifras irreales, pero gracias a la iniciativa de la artista Laura Serradilla, ha sido posible. Hace unos meses inició en las redes sociales Tejiendo la vida, un homenaje a la mujer, a la colectividad, a la cooperación, todo unido bajo el símbolo ancestral del tejido. Muchísimas mujeres se pusieron en contacto con ella y se ofrecieron para participar en el proyecto. Hasta doscientas le fueron enviando a Serradilla sus creaciones tejidas, que con el mándala como símbolo, tenían la función de unirse y crear grandes obras donde el espíritu colectivo fuera la premisa. Estas obras, de gran formato ahora que se han unido, son las que se pueden contemplar en Pollença.