Foto de grupo de los moteros que participaron en esta vuelta. | Nuria Rincón

TW
2

Los moteros le pusieron ayer buena cara al mal tiempo, entre otras razones porque son puros y duros. Y también porque a las diez en punto de la mañana, cuando sobre la gasolinera de Son Rapinya -donde habían quedado citados-, desde un cielo repleto de nubes plomizas caía una finísima lluvia, se dio el pistoletazo de salida a la denominada 'Ruta de los cinco monasterios', ruta motera, claro, que va ya por su cuarta edición, y que los llevaría a Lluc, Santa Magdalena (Inca), Sant Salvador (Felanitx), Monti-sion (Porreres) y Cura (Randa), a lo largo de un recorrido de unos 240 kilómetros.

Carreteras mojadas

Lo más peculiar de la jornada motera de ayer fue que, a pesar de la fecha en que nos encontramos, a ratos el recorrido tuvo que hacerse sobre asfalto mojado, «lo que nos obliga a prestar algo más de atención a la carretera, pero estamos acostumbrados. Lo estamos no sólo para rodar sobre mojado, sino también para hacerlo con mucho calor. El año pasado, sin ir más lejos, tuvimos que sufrir una temperatura de 38 grados», nos decía Miguel Cardi. Cardi es el presidente de Amigos de la moto, asociación motera que organizó esta ruta, que definió como «ruta no en línea recta, sino con muchos cambios de nivel y con un bello paisaje en todo su recorrido».
A mediodía, en Can Tomeu es Pollencí, de Montuïri, almorzarían y en la sobremesa efectuarían los correspondientes sorteos de regalos y asistirían a una exhibición de capoeira, para continuar ruta hasta Randa, pasando por Sant Salvador, donde finalizaría la trayectoria.
Como siempre, y por si las moscas, cerraba la comitiva el coche escoba, y también iba un coche de Power Japan por si había alguna avería. Y también, como en años anteriores, los responsables del túnel de Sóller cobraron una cantidad simbólica a los moteros cuando lo cruzaron.