Xavier Fiol, Mario Sequeira, Evan Morgan, el alcalde de Palma, Jaime Martínez Llabrés, Julián Opie, Peter y Helga Krobath y Roberto Marsura. | Esteban Mercer - E.M

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Seguramente les sorprenderá el título que he elegido para esta sección de hoy, primer domingo de mayo y por tanto Día de la Madre, así que felicidades a todas las que lo son y las que en algún momento de nuestras vidas lo fueron. La maternidad en mi opinión es el gran misterio de la vida porque convierte a quien la ejerce en creadora de un ser que no le pertenecerá nunca.

Quizás por eso no existe en el vocabulario ninguna palabra que denomine de manera especial a aquellas que han perdido a sus hijos antes de irse ellas mismas, que es lo que la ley de vida nos enseña. Ese hecho os hace más grandes, queridas madres indescriptibles, y a vosotras madres insustituibles va dedicada esta crónica de hoy, estoy seguro que una de las más bonitas que escribiré y eso que pienso hacerlo hasta el día que me muera, que espero sea dentro de muchísimos años Dios mediante.

Voy con la camarera y el caballo que me han robado el corazón, y no solo a mí, a la mayoría de las personas con las que he hablado esta semana y han sido muchas. El ajetreo social no para, pero para mí la temporada, lo que antes llamábamos el inicio de la season, sucedió la pasada semana cuando por fin se abrió La Lonja de Palma al arte y al público en una esperadísima inauguración que fue posible gracias al empeño del Govern balear y en particular de su presidenta Margalida Prohens, que desde que recibió el encargo de formar Gobierno y por tanto equipo expuso su deseo de que el edifico vecino al Consolat de la Mar volviera a ser el espacio perfecto para que mostraran sus obras los mejores artistas del mundo, y no podía empezar de mejor manera ni con mejor artista.

Marga Prohens inauguró entusiasmada la exposición de Julian Opie en la Llotja, que permanecerá abierta al público desde hoy hasta el 31 de agosto. «Uno de mis compromisos dentro del apartado de Cultura de nuestro programa de gobierno era reabrir la Llotja a la cultura, volver a hacer de este un espacio abierto con una programación estable de exposiciones de artistas y creadores locales, nacionales e internacionales de primer nivel», destacó la presidenta. Esperamos que así sea por el bien de todos, y sobre todo para el bien del arte que todo lo cura.

En la inauguración oficial pudimos ver a casi todas las caras indispensables de la mejor sociedad artística. En la Llotja hay instaladas 12 obras que se alinean con la geometría de los trabajos interiores y reflejan los temas que han caracterizado su obra durante mucho de tiempo. Si nos dirigimos al paseo Sagrera, nos maravillará la figura luminosa de un caballo galopando bajo las palmeras, y nos sentiremos extasiados hasta llegar al Borne donde una camarera de Luz con una taza de café en la mano intenta cruzar el paseo hacia la plaza de la Reina, como si fuera a servírselo al artista que la creó, mientras este se esmera creando más maravillas cerca de su caballo.

Seguimos hacia el Casal Solleric, en cuyo patio barroco una obra multiespacial y abierta nos lleva a las lágrimas, pues su belleza traspasa todos los sentidos. La obra de Opie forma parte de las colecciones más importantes del mundo y algunas de sus piezas están en las privadas más importantes de Mallorca. A los que disfrutamos con el arte en todas sus expresiones siempre nos ha fascinado tener el privilegio de poder conocer al artista y a sus acompañantes.

Tras la inauguración se sirvió una copa en el patio del Consolat, antes de disfrutar de una cena privada en uno de los restaurantes más emblemáticos de Palma, que posee vistas privilegiadas sobre la ciudad iluminada, que esa noche parecía una obra de Opie, el mago de la brillantez. Se lo debemos también a Montse Torras e Irene Duran, que han hecho una labor de coordinación buenísima, con el entusiasmo de Xavier Fiol, que lo vivió con la intensidad de los que aman este oficio tanto como a sus hijos. Por cierto, se les casa una hija, así que enhorabuena. Y les dejo una frase para reflexionar: «Regala tu ausencia a quien no valore tu presencia». No se pierdan la muestra, que los responsables vean que su enorme esfuerzo se ve recompensado, que el buen arte colonice nuestra vida para vacunarnos contra la vulgaridad imperante y la mentira.