Ñaco Fabré, Jaume Llinàs, Joan Soler Rebassa, Pep Llambías, Carmen Pinós, Joan Cortés y Georgina Gamundí. | Esteban Mercer

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Pocas veces ocurre que en una misma semana el nombre del arte y el nombre de mi querida Pollença brillen al más alto nivel, y repetidamente. El jueves llevó el nombre de Susy Gómez en Es Baluard y el viernes llegó con nombre de Joan Cortés. En este punto debo centrarme en el colofón que tuvo lugar, como no podía ser de otra manera, en la siempre concurrida 6A Taller i Galeria d’Art que celebró la muestra Flobis enlaire del gran escultor pollencí.

Como bien dijo uno de los asistentes durante la velada que define una noche para el recuerdo: «El equipo 6A y Joan Cortés, lo han vuelto a hacer». Y vaya si lo hicieron. Presentaron una exposición excepcional, delicada, un placer para todos los sentidos. Han de ir a verla. Elegante como pocas muestras. Es una exposición de culto. Cortés se encuentra en su mejor momento creativo y lo demuestra como los grandes: con un despliegue de obras magníficas al más alto nivel. 6A lo bordó de nuevo, logrando que la sociedad mallorquina se volcara con la cultura.

Los dos espacios de la galería palmesana, junto con su patio interior, iluminado en una noche mágica, además de la calle, se llenaron para disfrutar de la obra de un gran artista. Los artistas Maria Carbonero, Mateu Bauzà, Pep Coll, Pep Guerrero, Pep Llambías, Rafa Forteza, Ángeles Cereceda y la encantadora Susy Gómez, la hotelera ycoleccionista Marga Ramis; la siempre elegantísima Neus Cortés; el coleccionista Jaume Llinás. Y en la 6A, apoyando, siempre al enorme Joan Cortés, la directora de la galería, Bel Font, emocionada de conseguir un lleno absoluto disfrutando del arte; Francesc Campins, responsable técnico del Taller 6A, y Catalina Lavroff. Grandes.