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La responsabilidad y la motivación e incentivo que supone que te nombren cónsul de una potencia como Polonia es difícil de explicar, pero se pudo explicar durante la ceremonia y fiesta del nuevo cónsul en las Islas, Ignacio Fiol. Ayudar, al igual que apoyar y asistir al ciudadano polaco, sea residente o no en Balears, y fomentar las relaciones entre España y Polonia es un gran honor.

Durante el evento, la embajadora Anna Sroka, emocionó a Ignacio al repetir en varias ocasiones que durante siete años sin Consulado y muchos pretendientes, era el candidato perfecto. Es el más joven del cuerpo consular en Balears y uno de los más jóvenes a nivel nacional, al igual que del cuerpo diplomático de Polonia en el mundo. «No tengo más que palabras de agradecimiento y de sentir un profundo honor, respeto por representar a Polonia y admiración por el pueblo polaco», dijo.

La ofrenda floral a la figura de Frederic Chopin, que une estas tierras y las polacas, fue muy bonita y se llenó de la mejor sociedad. Felicidades, Ignacio. Me voy a Binissalem, a las viñas de la familia Roses Ferrer, donde todavía reina el espíritu luchador, elegante y esencialmente mallorquín y señorial de la matriarca de la saga, Nini Ferrer.