María Barrera, Laura Schroeder, Leticia y Lorena Fernández. | Esteban Mercer

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Nuestra querida Leti Lope, una de las grandes de la sociedad porque junto a su familia, padres estupendos, hermano y un marido fantástico, ha celebrado la fiesta de su cuarenta aniversario a su manera, que es siempre bien, algo que me temo ha heredado de sus padres, que son unos magníficos anfitriones. Leti y su marido son amigos de sus amigos, relajados y entregados a servir a los demás desde diferentes ámbitos, siempre de una manera seria y confesa.

Es maravilloso lo que Leti ha hecho durante su joven vida, cómo ha gestionado sus momentos buenos o los no tan buenos, porque en toda vida también los hay, sin embargo, la protagonista de esta nota nunca ha perdido ni la sonrisa ni el buen humor. Por eso este cumpleaños ha sido no solo redondo, también ha sido especial. Leti quiso una fiesta de verdad y la tuvo, claro que la tuvo. No faltó su suegra, que se desplazó desde Inglaterra con su hija. Una alegría. Se la merece más que nadie, así que sus amigos se entregaron para que viviera una noche especial en el jardín de sus padres, un espacio maravilloso, perfecto para las celebraciones.

Un jardín de buganvillas y palmeras creado para celebrar con amigos como han hecho tantas veces sus padres en sus fiestas flamencas, inolvidables. Leti quiso que sus amigos vistieran de blanco para su 40 aniversario, un color purificador y limpio, como el futuro que le espera a nuestra amiga. Hubo cena servida en bufet y baile hasta altas horas de la madrugada. Todo regado con buen humor, mucha felicidad y buenos deseos, los mismos que le deseamos nosotros a nuestra amiga querida. Molts d’anys!