Imagen del hospital Joan March, en Bunyola, donde estaba ingresada la mujer de 92 años. | Pilar Pellicer

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La familia de la paciente de 92 años a la que dieron por muerta no va emprender ninguna acción legal contra la doctora que certificó su fallecimiento a pesar de que estuviera viva. «Lo que ha pasado con mi madre no tiene que empañar el trabajo que hacen en el hospital Joan March», cuenta por teléfono la hija de la víctima, que ha trabajado 25 años en Son Llàtzer, y prefiere no revelar su identidad.

«No se trata de denunciar, se trata de que ha pasado esto y que lo tenemos que tener en cuenta para cambiar los protocolos», remarca. La nonagenaria murió el domingo a las tres de la madrugada.
La hija de la fallecida no sabe cómo se llama la doctora que el viernes pasado por la mañana certificó la muerte de su madre y que horas después trabajadores del tanatorio de Son Valentí descubrieron que estaba viva. «Ni se ha puesto en contacto con nosotros», lamenta. «Creo que eso está muy feo, es una profesional y tiene que cumplir».

La mujer entiende que el corazón de su madre no se paró en ningún momento. «Creo que se le bajaron las pulsaciones y al no hacerle un electrocardiograma no se detectó. La doctora, si lo hubiera tenido tan claro todo, habría venido y me hubiese puesto el electrocardiograma en la cara».

La hija de la víctima recuerda que cuando su madre llegó al tanatorio se dieron cuenta de que movía un dedo y activaron al 061. «Me llamaron y me comentaron la historia. Me preguntaron dónde quería que la lleváramos y, lo más lógico, era llevarla donde estaba ingresada y que me dieran una explicación. ¿Qué íbamos a hacer?».

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El médico que estaba de guardia, que dio la casualidad que es el director del Joan March, les atendió cuando reingresaron a su madre. «Sinceramente, le tocó un marrón gordo. Nos explicó que no entendía qué había pasado. El hombre estaba bloqueado, todo el hospital estaba bloqueado». Fuentes sanitarias apuntaron a este periódico que se trata de un caso «excepcional» que no había ocurrido en los 80 años de historia del hospital.

«Hay mucha gente ingresada en las mismas condiciones que mi madre y cuando ven estas noticias se preocupan», añade la mujer. «Ayer [por el domingo] pedimos para hablar con un médico de guardia. Una doctora nos dijo que ellos activaron el protocolo, pero que no están obligados a hacer un electrocardiograma».

El hospital cambiará los protocolos y añadirá más pruebas para evitar que se repita un caso así. «Cuando mi madre murió, el domingo a las tres de la madrugada, esta ‘segunda vez’ se le hizo un electrocardiograma y cuando llegamos al hospital le hicieron otro y nos lo enseñaron».
La familia está más tranquila «porque ya ha pasado todo».

El ser humano, dice la hija de la mujer fallecida, «se puede equivocar. A veces nos creemos que los médicos son dioses y no lo son. Yo pienso que mi madre estaba en fase terminal, se le bajaron las pulsaciones mucho y dieron por hecho que estaba muerta... esto es la verdad».

La mujer pide que suministren material al hospital Joan March

La hija de la anciana a la que dieron por muerta tiene la intención de hablar con los responsables del hospital Son Llàtzer para que suministren más material al Joan March. «Prácticamente no tienen ni monitores», afirma. «Es una pena que haya pasado esto porque el trato del hospital ha sido una pasada, un 10».

El apunte

La mujer pide que suministren material al hospital Joan March

La hija de la anciana a la que dieron por muerta tiene la intención de hablar con los responsables del hospital Son Llàtzer para que suministren más material al Joan March. «Prácticamente no tienen ni monitores», afirma. «Es una pena que haya pasado esto porque el trato del hospital ha sido una pasada, un 10».