Carmen Nogueira, atiende a los periodistas de Última Hora. | Julio Bastida

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«Llevo muchos años viviendo aquí y sabemos perfectamente que el Ayuntamiento jamás viene a revisar nada. No hacen inspecciones ITT, no comprueban las licencias de obra o si los edificios reúnen las condiciones de seguridad. Abren hoteles, restaurantes, cafeterías y no se realizan las correspondientes inspecciones. Aquí solo se ponen las mesas, las sillas y a trabajar todo el verano, cierran y vuelven a su casa. Al año siguiente, más de lo mismo». Así de clara y rotunda se muestra Carmen Nogueira, presidenta de la Asociación de Vecinos de Distrito de Platja de Palma.

Por su parte, Nogueira también carga duramente contra las administraciones públicas a las que acusa de perseguir a los pequeños comerciantes y autónomos y beneficiar a los grandes empresarios. Es más, sostiene que la tragedia del pasado jueves podía haber sido aún más grande. «Si en lugar de producirse el derrumbe a las ocho hubiera sido sobre las diez o las once de la noche no estaríamos hablando de cuatro muertos, sino de 200. La discoteca de abajo, el Coco Rico, se llena a no poder más de jóvenes y les hubiera pillado a todos», apunta la portavoz vecinal.

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Finalmente, Nogueira lanza un mensaje alto y claro a los ciudadanos. «Las discotecas y locales de la zona están llenos hasta la bandera. Mucho más de lo que se permite. Y no se trata de una excepción, aquí todos los locales de la Platja de Palma hacen lo mismo. Hay discotecas muy grandes en la playa que meten más gente de las que toca y el día que pase una desgracia nos lamentaremos», concluye.

Siguiendo en la misma línea, otro representante vecinal, Francisco Nogales, no muestra su sorpresa ante el derrumbe del establecimiento. «Es algo que sabíamos que podía ocurrir, los edificios tienen entre 80 y 90 años, no se hacen revisiones y el estado se deteriora». El portavoz vecinal expone que los expertos le han comunicado que los edificios son antiguos y que estaban en mal estado. «Es una construcción de los años 40 y que necesitan muchas inspecciones que no se realizan y que se tienen que reforzar para poder hacer este tipo de actividades. Se deteriora mucho con la saladina y si no se arregla peligra por estas cosas», concluye.