Imagen de agentes de la Guardia Civil. | Miguel Ángel Molina

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El hombre de 72 años que se ha suicidado este lunes con una escopeta de caza después de matar a sus dos nietos, de 10 y 12 años, en la vivienda de Huétor Tájar (Granada) donde permanecía atrincherado con ellos desde anoche, se quitó la vida justo cuando la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil accedió a la casa. La irrupción en la vivienda de los agentes especiales trasladados desde Madrid para intervenir en el atrincheramiento se produjo en torno a las 8:25 horas de este lunes, al ver que los menores no salían de la casa para dirigirse al colegio y al instituto.

Durante las labores de mediación que tuvieron lugar de madrugada, el abuelo había trasladado a los agentes que cesaba la conversación porque debía preparar a sus nietos para que acudieran a esa hora a sus centros educativos. Según ha explicado a los periodistas el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, al ver que a la hora indicada no había movimientos y que los menores no salían de la vivienda, que es el domicilio del abuelo, decidieron intervenir, momento en el que se produjo el suicido del hombre con la escopeta de caza que portó «en todo momento» y para la que tenía licencia.

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En ese momento, los agentes hallaron en dos habitaciones distintas los cuerpos sin vida de los menores: uno con heridas de arma de fuego y el otro sin ningún tipo de heridas, según el delegado, que ha señalado que será la autopsia la que determine las causas y horas exactas de los fallecimientos, aunque fuentes de la Guardia Civil indicaron que los investigadores trabajan con la hipótesis de que se produjeron horas antes del hallazgo. Todo comenzó, ha relatado, la tarde de ayer domingo en el domicilio del hombre atrincherado, cuando los vecinos observaron una discusión de éste con su yerno y padre de los menores, que también se hallaban en la vivienda.

El hombre exhibió un arma y su yerno abandonó el domicilio, y los vecinos, que escucharon «la situación de conflicto» entre ambos, alertaron sobre las 21:45 horas al 112, que avisó a la Guardia Civil. Hasta allí se desplazaron los agentes acompañados de un mediador que estuvo en contacto con el abuelo «de manera casi permanente a modo de negociar la solución al conflicto», según el delegado, que ha precisado que el hombre portó en todo momento una escopeta de caza con la que llegó a hacer dos disparos al aire desde la ventana cuando llegaron los guardias civiles para advertir de que estaba armado. La Guardia Civil activó el protocolo y hasta allí se desplazó la Unidad Especial de Intervención junto a otro negociador que tomó el relevo del anterior y que estuvo negociando «pacíficamente» con él hasta las 5:00 horas, momento en el que el hombre señaló que dejaba de hablar porque en un rato tenía que preparar a los menores para el colegio y el instituto.

Los agentes confiaron y se mantuvieron a la espera con vigilancia permanente y el uso de «todos los medios tecnológicos al alcance» para visibilizar y escuchar lo que pudiera ocurrir en el interior de la casa, a la que accedieron finalmente cuando a partir de las 8:00 horas no se produjo la salida de los menores. Fue en ese momento cuando, al entrar a la vivienda, el hombre se suicidó con la escopeta que portaba y los agentes hallaron sin vida a los menores. Aunque ha dicho que «no es determinante para la investigación de estos hechos», el delegado ha confirmado que la esposa y la hija del presunto homicida -abuela y madre de los menores- fallecieron el pasado mes de marzo en un accidente de tráfico cuando el hombre de 72 años, que conducía el vehículo, sufrió un desmayo. El accidente ocurrió en el cercano municipio de Loja (Granada) al chocar contra un muro. En el vehículo también viajaban sus nietos, que resultaron heridos.