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La Audiencia Provincial ha absuelto a un hombre acusado de violar a una prostituta en Palma. El enjuiciado, de 31 años y nacionalidad senegalesa, ha estado 14 meses en prisión preventiva. El tribunal de la Sección Segunda le exculpa del delito de agresión sexual, pero le impone 360 euros de multa por un delito leve de maltrato de obra por propinar empujones a la víctima y sujetarla con fuerza del cuello.

La sentencia considera probado que el hombre conoció a la prostituta sobre las 7.00 horas del 29 de enero de 2023 en el bar Micros y acordaron tener relaciones sexuales a cambio de 50 euros. Los dos se trasladaron en taxi hasta la casa del acusado donde practicaron sexo consentido.

Riña

A continuación, «por causas que no han quedado acreditadas», cuando la mujer se disponía a salir de la vivienda se inició una discusión entre ambos y el acusado la empujó sobre la cama y la agarró por el cuello.

La víctima consiguió zafarse del hombre, que había consumido cocaína y alcohol, y abandonó la vivienda a medio vestir. Unas vecinas la auxiliaron al oírla llorar y avisaron a la policía, que detuvo al sospechoso.

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El agresor, según el fallo, se encuentra en sección irregular en España y tiene incoado un expediente de expulsión por estos hechos con fecha 13 de febrero de 2023. «No advertimos suficientes detalles que nos permitan alcanzar la convicción de que el acusado penetró vaginalmente a la señora en contra de su voluntad haciendo uso de la fuerza. Ni tampoco que tratara de hacerlo», indica la sentencia.

«En un principio la víctima no manifestó que hubiera sido víctima de una agresión sexual, sino que fue en el hospital cuando manifestó este extremo».

Convento

Los agentes de la Policía Nacional que intervinieron declararon en el juicio que la mujer les contó en todo momento que no había sido agredida sexualmente por el hombre. Uno de los agentes explicó que la denunciante les dijo que se tenía que ir a trabajar a limpiar a un convento y él no le dejaba. Explicó que el enjuiciado la empujó contra la cama y la cogió con mucha fuerza del cuello.

La Fiscalía reclamaba una condena de ocho años de cárcel para el hombre, que fue defendido por el abogado Miguel Ángel Ordinas. El acusado, en el turno de la última palabra en el juicio, insistió y, de forma escueta, dijo:

Soy inocente.