La víctima, en compañía de su hijo, fue en busca del ladrón y lo retuvo en la calle Aragón hasta la llegada de la Policía Nacional. | Pilar Pellicer

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Un hombre de 51 años que se disponía a llevar a su nieto de dos años a la guardería, y que portaba al niño en brazos, fue apuñalado en un codo a primera hora de la mañana de este miércoles en Palma por un ladrón magrebí al que pilló robando en su coche. La víctima, en compañía de su hijo, salieron tras el delincuente y lo retuvieron hasta la llegada de los agentes de la Policía Nacional. Era su tercer arresto en unos pocos días.

El suceso, tal y como detallan fuentes próximas al caso, tuvo lugar en el barrio de es Rafal, donde el perjudicado reside. Esa mañana, como otras tantas, se disponía a llevar a su nieto de dos años a la guardería antes de empezar su jornada laboral en un comercio de su propiedad en la capital balear. Antes de esto, sacó el coche del garaje y lo aparcó debajo de casa. Salió con el niño en brazos para marcharse cuando observó cómo alguien estaba rajando la capota de su vehículo y sacaba una mochila que minutos antes había dejado. Le llamó rápidamente la atención. El delincuente, sorprendido, le dijo que el vehículo era de un amigo.

El hombre le respondió que no, que ese coche era suyo. A pesar de esto el ladrón le dijo que no quería problemas. Y para intentar ganarse la confianza del varón, le mostró su pasaporte. En ese momento de despiste el delincuente aprovechó para sacar un cuchillo del bolsillo y le lanzó una puñalada, que le alcanzó el codo. La chaqueta que llevaba le salvó de una herida incisa. En todo momento el abuelo llevaba al niño en brazos. Tras esto, el joven echó a correr.

Sorprendido por lo ocurrido subió a su casa y avisó a su hijo, que allí se encontraba en aquel momento. Ambos salieron en coche en busca del magrebí. Tuvieron suerte. Unos minutos más tarde lo sorprendieron por la calle Aragón. Padre e hijo le dieron alcance, y tras un intenso forcejeo, pudieron retenerlo. En ese momento una patrulla de la Policía Nacional ya iba de camino. El abuelo acabó con heridas leves en un codo y golpes por varias partes del cuerpo. Desgraciadamente no pudo recuperar la mochila que había dejado en el coche. Llevaba casi mil euros en efectivo para la gestión diaria de su negocio. Para el delincuente era la tercera detención en menos de una semana.