La analista de inversiones Silvia Bronchalo, madre del acusado Daniel Sancho, a su llegada al tribunal este jueves para asistir a la última sesión de esta semana que contará con el testimonio de policías responsables de la investigación, en Koh Samui (Tailandia). | Sitthipong Charoenjai

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El tribunal de Samui (sur de Tailandia), donde tiene lugar el juicio contra el español Daniel Sancho por el supuesto asesinato premeditado del colombiano Edwin Arrieta, celebra este jueves la última sesión de la semana con el testimonio de policías responsables de la investigación. La vista, la última de la primera semana del juicio debido a la festividad desde mañana, viernes, y hasta el martes del Songkran o Año Nuevo Budista en Tailandia, por lo que el proceso no se retomará hasta el próximo miércoles, según comunicó el juez la víspera, comenzó hoy alrededor de las 10.00 hora local (GMT+7).

A la sesión de hoy asistieron de nuevo el padre del acusado, el actor español Rodolfo Sancho, y su madre, la analista de inversiones Silvia Bronchalo, quienes entraron en la corte sin hacer declaraciones es te jueves. Sin embargo, este miércoles, ante una de las jornadas decisivas, si quiso mandar un escueto pero directo mensaje: «Hemos perdido todos», aseguró. El abogado de la familia de Arrieta en España, Juan Gonzalo Ospina, comentó por su parte a los medios de comunicación que aguardan a las puertas del tribunal ante la decisión del juez de celebrar el proceso a puerta cerrada, que los testigos de hoy, llamados por la Fiscalía, son «bastante importantes».

«Son dos miembros de la Policía que participaron en la elaboración del atestado policial (...) cuando la policía consiguió poner el foco en la sospecha de Daniel al recibir información por parte de la operaria del basurero que se habían encontrado restos humanos», señaló Ospina. Ospina, quien anunció que su equipo regresa hoy a España y delega en sus asociados tailandeses el desarrollo de la coacusación, se refiere a los primeros restos del cadáver de Arrieta hallados en el basurero de Phangan (isla cercana a Samui) el 3 de agosto, un día después del supuesto crimen, que dispararon la investigación policial.

Tras recibir el aviso de la operaria, la Policía revisó las cámaras de seguridad del único supermercado de la isla en el que se venden las bolsas de basura en las que aparecieron los restos humanos, y encontraron a Daniel Sancho comprándolas en imágenes del 1 de agosto, así como cuchillos y otros utensilios. Sancho acudió a la comisaría de Phangan a denunciar la desaparición de Arrieta la tarde del 3 de agosto, horas después de que los policías lo hubieran descubierto en las imágenes, sin tener conocimiento de estas primeras pesquisas policiales y tras ser contactado por la familia del colombiano, alarmada por no recibir noticias del cirujano. El letrado español consideró que los testigos policiales abordarán las «incongruencias que ofreció cuando fue a denunciar que Arrieta estaba desaparecido (...) En España podría considerarse una denuncia falsa o falso testimonio», añadió.

Sancho quedó bajo custodia policial desde que acudió a la comisaría a realizar la denuncia y fue formalmente detenido el 5 de agosto, tras confesar el crimen frente a los agentes de Phangan, si bien después se declaró no culpable ante el juez durante la fase preliminar del juicio y mantiene desde entonces que la muerte de Arrieta se debió a un accidente durante una pelea. «Fue en defensa propia. Ocurrió por un incidente en el que solo había dos personas implicadas. Afirmamos que no tenía intención (de matar a Arrieta)», dijo hoy por su parte el abogado de oficio tailandés que defiende a Sancho antes de entrar en la sala, Aprichat Srinual. La Fiscalía acusa Sancho de asesinato premeditado y otros dos delitos, ocultación del cuerpo y destrucción de documentación, con la pena capital como castigo máximo.