Este lunes por la noche, el inspector Alfredo Rodríguez, jefe de la Brigada de Seguridad Privada e interlocutor sanitario de la Policía Nacional, inspeccionó el servicio. | Julio Bastida

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El hospital de Son Espases ya está libre de mendigos. La ‘Operación Cerrojo’ ha sido todo un éxito y en unos pocos días el equipo de seguridad privada y el Cuerpo Nacional de Policía han conseguido de una forma pacífica, tranquila y sin alborotos dar solución a un grave problema de salubridad que estaba padeciendo el hospital de referencia de Baleares.

Desde la gerencia de Son Espases, tras recibir el informe jurídico, se planificó una reunión con Policía Local, Policía Nacional, ONG’s, IMAS y el departamento de seguridad. Una vez finalizada, se decidió activar toda una serie de medidas. Lo primero que hicieron fue remitir una carta a todas las oenegés donde se les informó la prohibición expresa de entregar comida y dar asistencia a los indigentes en el interior de la zona hospitalaria. Acto seguido, se decidió reforzar la seguridad privada de Son Espases con más efectivos.

Sin incidentes

La parte más compleja y que precisó de la ayuda policial fue la expulsión de los mendigos del interior del centro hospitalario. Para ello, los vigilantes realizaron varias batidas por las zonas ‘invitando’ a todo el mundo a que abandonara las instalaciones y retiraran sus pertenencias de allí. La gran mayoría aceptó resignado la petición y, en casos puntuales, con presencia policial fueron expulsados. Mientras tanto, el personal de limpieza, con la colaboración de Emaya, del Ajuntament de Palma, tiraron a la basura todos los enseres que se encontraban en las zonas comunes y los trastos que estaban amontonados en la zona del aparcamiento público de Urgencias.

Este operativo no ha sido nada fácil de gestionar. Muchos de los mendigos intentaron utilizar diversas tretas o argucias legales e incluso amenazaron al personal de seguridad y policías con acudir a abogados al entender que estaban siendo expulsados de un lugar público. Por razones de salubridad y motivos de seguridad, se procedió a su expulsión.

Algunos de los sintecho mostraban comportamientos vandálicos e incívicos y su estancia en Son Espases resultaba muy incómoda para los usuarios de la sanidad pública, pacientes, trabajadores y familiares. Se trata en su gran mayoría de personas jóvenes y de todas las nacionalidades. Muchos de ellos son toxicómanos y alcohólicos. Fuentes sanitarias consultadas por Ultima Hora han confirmado que abusan de la bebida y no dudan en orinar en cualquier esquina o enfrentarse al personal facultativo o a los propios usuarios. Este lunes por la noche, el inspector Alfredo Rodríguez, jefe de la Brigada de Seguridad Privada e interlocutor sanitario de la Policía Nacional, inspeccionó el servicio.